CULTURA
› ARTE CALLEJERO EN BUENOS AIRES
Estas paredes hablan
Artistas plásticos, estudiantes de arte y el grupo Pintores sin Techo se unieron para llevar adelante una acción artística que abarca 4400 metros cuadrados de obras. El denominado “Camino de los murales” arranca desde Belgrano al 300, Ricardo Rojas al 400, San Juan al 1300 y Caseros al 1600.
› Por Oscar Ranzani
Arnaldo Benedicto Ponce es conocido por sus compañeros con el seudónimo de “el Chaca”. Tiene 41 años, se crió en un reformatorio hasta los siete años, cuando salió a enfrentar la vida. Con el tiempo pudo formar una familia pero falleció su mujer. Y hace cinco años volvió a la calle. Su vida es un ejemplo de miles de otras personas que fueron expulsadas por el sistema y excluidas de la sociedad sólo por su condición de indigente. Sin embargo, desde hace dos meses, Arnaldo tiene un motivo para esperanzarse. Forma parte del equipo que está trabajando en el proyecto “El camino de los murales”, organizado por Lía María, secretaria de Logística y Emergencia del Gobierno de la Ciudad. Esta iniciativa forma parte del programa “Paredes limpias”, a través del cual se blanquearon durante el año pasado 1800 metros cuadrados de sesenta paredes que estaban pintadas con propagandas políticas. Para esta segunda etapa, los organizadores pensaron en embellecer la ciudad y decidieron convocar a prestigiosos artistas plásticos, estudiantes de arte y al grupo Pintores sin Techo –nacido en 2001 en La Manzana de las Luces– del cual forma parte Arnaldo, el Chaca. “Una pared blanca no dice nada. Entonces quisimos que las paredes digan cosas”, comenta Felicitas Luisi, coordinadora general del proyecto.
“El camino de los murales” permitirá que se vistan de colores 4400 metros cuadrados de paredes de la ciudad que fueron relevadas oportunamente para encarar esta etapa. “Se llama así porque a partir del lunes vamos a abrir caminos recorriendo la ciudad”, afirma Luisi. Hay cuatro puntos de partida desde los cuales se van a desplegar los caminos: Belgrano al 300, Ricardo Rojas al 400, San Juan al 1300 y Caseros al 1600. Los artistas plásticos convocados son Roberto Elía, Jorge González Perrín, Félix Lorenzo, Ernesto Pablo Pescen, Jorge Pietra, Felipe Pino, Claudio Rouyet y Eduardo Stupia, entre otros, quienes coordinarán los trabajos de los veinte pintores sin techo que expresarán sus sensaciones en los murales. Por otro lado, cuando Luisi se enteró del grupo de hombres de la calle que participaron en 2001 de una experiencia novedosa –el taller de plástica que se realizó en La Manzana de las Luces– no dudó en convocarlos para sumarse a transitar por “El camino de los murales”.
“A mí me interesa este proyecto en tanto es un trabajo de ida y vuelta, en donde la expectativa no es solamente que nosotros aportemos a los pintores sin techo, sino que ellos también nos aporten a nosotros. Y a través de eso enriquecernos mutuamente”, dice Félix Lorenzo. Para Roberto Elía otro punto interesante es que se trata de “una situación donde alguien que está en la calle hace un aporte y de esa manera se está integrando al concierto social a través de su compromiso con la imagen”. Pietra va más lejos y espera que “se vayan sumando más pintores, cada uno con su estética y que vayan aportando conceptos a la ciudad. Y sacar un poco el arte de las galerías y de los museos que está muy bien que tengan ese espacio, pero también sería muy bueno que estén en la calle como sucede en otras ciudades”.
Una de las características de “El camino de los murales” es sumar e incluir a los excluidos. Es por eso que convocaron también a pacientes de dos establecimientos neuropsiquiátricos. “En principio se han incorporado 18 pacientes del hospital de día del Moyano que se van a integrar a partir de esta semana”, comenta Luisi. Por otro lado, “González Perrín, uno de nuestros muralistas profesionales, hace talleres de arte-terapia en el Borda y a través de él pensamos en incorporar pacientes del Borda para que pinten las paredes que rodean el hospital, dirigidos por los muralistas”, dice la coordinadora general.
El Chaca está entusiasmado con el aprendizaje. Es que siente que los artistas profesionales le aportaron mucho “técnica y humanamente. Son compañeros nuestros en este proyecto, nos tratan de igual a igual y eso eslo más importante”. En el aspecto técnico, “fuimos aprendiendo las técnicas del color y más que nada a expresarnos con el color. También las técnicas del volumen. Todas cositas que nosotros no sabíamos como la perspectiva, la línea de horizonte”. El Chaca tiene motivos para esperanzarse: “Tengo 41 años y no había nada. No tenía un proyecto de vida como lo tengo ahora”. Es por eso que pasa alrededor de doce horas diarias en el galpón donde trabaja el equipo. Tanto él como sus veinte compañeros hacen uso de la creatividad para enfrentar la indiferencia social que, a diario, padecen en la calle. Y al sistema que los excluye, lo enfrentan con el arma que mejor manejan: el pincel. “Buscamos ser escuchados, que nos entiendan, que nos comprendan. Cada vez que trabajamos sobre una pintura tratamos de que hable por sobre todas las cosas. Y que diga lo que nosotros no podemos seguir gritando”, enfatiza. Mientras tanto empezará a volar su sueño: que la gente pueda escuchar sus pinturas.