Sáb 06.03.2004

CULTURA  › CREACION DEL SISTEMA NACIONAL DE MEDICION DE CONSUMOS CULTURALES

La cultura como cuestión de Estado

A través de un convenio oficial firmado ayer, se establecerá una suerte de megacenso para optimizar el desarrollo de políticas culturales.

› Por Oscar Ranzani

El secretario de Medios de Comunicación de la Nación, Enrique Albistur, y el secretario de Política Económica, Oscar Tangelson, firmaron ayer un convenio que dará nacimiento al Sistema Nacional de Medición de Consumos Culturales (Snmcc). Es la primera vez que se pone en marcha en la Argentina una iniciativa de este tipo, una especie de megacenso cultural que involucrará a la población de todo el territorio. A través de consultas impulsadas por equipos del Indec, este censo permitirá conocer periódicamente no sólo las prácticas efectivas de los diversos sectores sociales sino también las expectativas y demandas que surjan de la opinión de la gente. En la Secretaría de Medios “los datos estarán al servicio del desarrollo de la industria cultural de nuestro país y permitirán pensar y evaluar el estado actual de tales industrias, de sus potencialidades y de la capacidad de desarrollo futuro”. Por otro lado, sostienen que “para desarrollar políticas en materia de cultura y comunicación desde el Estado, en todos sus niveles, se necesita conocer más y mejor las prácticas y consumos culturales de los argentinos”.
“Estamos transitando una etapa política e institucional del país en la que nuestra identidad, memoria y valores vuelven a jugar un papel fundamental en la reconstrucción de la Nación”, señaló Albistur en la rueda de prensa. Al mismo tiempo, el funcionario hizo hincapié en que “si queremos construir un país en serio, debemos, entre otras cosas, generar políticas basadas en diagnósticos genuinos, con metodologías sistemáticas que nos permitan conocer el escenario sobre el que pretendemos actuar. En ese aspecto, el Estado, además de apoyar las iniciativas del sector privado, debe proponerse una política activa en la producción de bienes culturales, generando conocimiento específico en este terreno. En este sentido, si bien contamos con datos industriales globales sobre producción, comercialización y circulación de bienes culturales, sabemos poco de las valoraciones y las expectativas que, al respecto, tienen los argentinos”.
Tangelson, en tanto, señaló a Página/12 que “del mismo modo que tenemos un conocimiento acabado del producto industrial o del producto agrícola, parece desde lo económico indispensable tener un mejor conocimiento de la diversidad de actividades que se realizan en el marco de la cultura que, por otra parte, constituyen un elemento importantísimo incluso de la exportación”. Desde una perspectiva político-económica, Tangelson elaboró su discurso basado en tres ejes. “Una dimensión es la importancia de la cultura en sí misma, porque constituye en este mundo de transformación un fenómeno importante en el que los países comienzan a exportar identidad”, explicó. En segundo lugar, sostuvo la importancia que tiene “como actividad económica generadora de trabajo. Y el tercer componente que nos parece indispensable en este mundo crecientemente complejo, es que la toma de decisiones gane en calidad y en base de información. Este es un aspecto de algún modo postergado en nuestra práctica cotidiana: el de utilizar la información para mejorar la calidad de nuestra toma de decisiones. Creemos que medir, como se está pretendiendo hacer con esto, le va a permitir tanto al Estado como a los propios medios de comunicación y de cultura tener una idea de la dimensión en la que están trabajando y, por lo tanto, mejorar la toma de decisiones”.
La expresión “Consumos culturales” es tan diversa como amplia. Para organizar la medición, en principio, se establecieron divisiones. Una de ellas, “Consumos culturales propiamente dichos”, abarca la música y las lecturas (compra de libros, lecturas y consultas en bibliotecas, CD comprados y escuchados), usos del tiempo libre (cine, teatro, conciertos, recitales, videos en el hogar, deportes y recreación), actividades educativas no formales (actividades prácticas y estéticas, idiomas, arte y literatura), usos de la computadora (posesión de PC en el hogar, Internet), entre otros. Por otra parte, los “Consumos mediáticos” incluyen la exposición a medios (posesión y exposición de televisión abierta y porcable, radio, gráfica) y el estudio general de medios y cultura. Finalmente, “Perspectiva económica” abarcará la oferta nacional de bienes y servicios culturales y el consumo de los hogares, entre otros.
El método de medición del Snmcc estará dividido por regiones, grupos de edad, sexo y nivel socio-económico. Se realizará de manera sistemática aplicando estudios cuantitativos y cualitativos. Periódicamente se presentarán informes. Por otra parte, los organizadores aclaran que “el plan de investigación, el cronograma y los resultados obtenidos serán supervisados por una comisión integrada por directores de carreras de comunicación social de las universidades nacionales, asistida técnicamente por el Indec”. Albistur destacó que está en conversación con miembros de las universidades para la supervisión del trabajo. “De alguna manera, estamos generando un esquema nuevo que no existió hasta ahora. Van a controlar y sugerir cómo perfeccionar el sistema”, dice. “Una de las cosas que no se hizo históricamente es que el Estado Nacional use (en el buen sentido de la palabra) toda la tarea que se hace en las universidades”, subrayó.

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