Por Roberto Gargarella *

Pensar sobre la relación entre derecho y protesta resulta hoy especialmente importante, cuando advertimos la falta de reflexión crítica existente sobre la materia. No nos sorprendamos: el hecho de que cotidianamente veamos imágenes de la protesta, o escuchemos quejas sobre ellas, no constituye un indicio de que estemos pensando seriamente sobre este tema. En los estrados judiciales, donde deberíamos esperar un análisis más meditado sobre la cuestión, nos encontramos con una alarmante falta de cuidado a la hora de pensar sobre las implicaciones legales de la protesta.
Una cuestión que exige de todos, y especialmente de los jueces, mesura, tiende a ser resuelta entonces con medidas brutales. Una cuestión que exige de todos, y especialmente de los jueces, un esfuerzo especial por entender el punto de vista de quienes están peor, tiende a resolverse a partir de meros prejuicios. La Constitución no es usada entonces como luz que ayuda a iluminar nuestras reflexiones sino como un botín del que hay que apropiarse para imponerle nuestra razón al otro. Por todo ello, por la necesidad de confrontar tales espantosos abusos, es que tiene sentido sentarse a discutir con calma y tiempo sobre la protesta social.

* Profesor de Derecho Constitucional en la UBA y en la Universidad Di Tella. Mañana abrirá el ciclo hablando sobre “El derecho frente a la protesta social”.