CULTURA
Palabras autorizadas
Estas son algunas de las voces de escritores, lingüistas e intelectuales que participarán a partir del próximo miércoles del III Congreso Internacional de la Lengua Española:
Elvio E. Gandolfo (escritor):
En primer lugar tenía la expectativa de volver a ver y oír a dos maestros, como Héctor Tizón y Juan José Saer. Por desgracia me enteré de que este último no estará presente. Después tengo la misma expectativa con colegas que me han abierto la cabeza escritora o pensadora y no conozco: Juan José Millás, Carlos Monsivais, Bernardo Atxaga. Y la de reencontrarme con Roberto Fontanarrosa. En el caso de Ernesto Cardenal será la oportunidad de ver de primera mano a un auténtico mito de la época en que editábamos con mi padre y un grupo de poetas amigos una revista literaria en Rosario, en los remotos años ’60 y ’70.
Ivonne Bordelois (poeta y lingüista):
Creo que a todos los congresos vienen lingüistas, escritores o “monstruos” que entienden a la lengua como un “insecto” que hay que disecar y otros que quieren que sea un programa político para imponerlo a todo el mundo. Entre todas estas verdades esenciales, y deformaciones de otras verdades, ahí tenemos que encontrar nuestro lugar. Es decir, los congresos tienen que ser lugares de encuentro de gente que entienda que la lengua es un don extraordinario y sea capaz de hacernos disfrutar y defender sus beneficios para nuestros países y para la humanidad.
Mempo Giardinelli (escritor):
El Congreso de la Lengua me parece, desde el punto de vista de la lengua que hablamos, una extraordinaria oportunidad para replantear la cuestión del habla de nuestro pueblo, que se ha venido pauperizando de manera dramática en las últimas décadas. Para mí, que no soy académico sino solamente un escritor, ése es el sentido más importante que puede tener este encuentro. Dicho de otro modo: lo que me interesa realmente es que consigamos hacer contribuciones para que el castellano que se habla en nuestros países sea mejor y más propio, más rico y más fuerte, capaz de expresar cabalmente a los pueblos latinoamericanos y, por supuesto, capaz de ser respetado por el pueblo de España.