Por Thomas Burmeister
Desde Nueva York

Decenas de miles de aficionados al arte despidieron el pasado fin de semana en Nueva York al viejo Museo de Arte Moderno (MoMA), y aprovecharon además la última oportunidad de presenciar una retrospectiva del alemán Gerhard Richter. Sesenta y tres años después de su inauguración, el famoso edificio en el corazón de Manhattan cerrará sus puertas hoy martes para reabrirlas recién en el año 2005, tras una amplia reforma. Para entonces, la superficie de exposición se habrá ampliado en un cincuenta por ciento a 58.500 metros cuadrados.
Las obras más destacadas del museo se podrán ver a partir del 29 de junio en una antigua fábrica reformada en el barrio de Queens. La exposición de Richter, en tanto, se trasladará a Chicago, San Francisco y finalmente Washington. Ayer, las cuatro grandes letras apenas se veían: los trabajos de mudanza estaban comenzando. “Todo está en movimiento”, decía el arquitecto encargado de la mudanza, Michael Maltzan. Miles de obras de arte serán empaquetadas ahora para ser trasladadas al barrio de Queens. El MoMA en la calle 53 de Manhattan cerrará sus puertas por tres años hoy. El 29 de junio, se abrirá el MoMA QNS en la calle 33 de Queens.
Recién tras una profunda reforma y una ampliación, la mayor colección de arte moderno del mundo volverá a su sede habitual en la primavera (boreal) del 2005. Entonces, los salones serán más luminosos y estarán mejor climatizados, y el edificio contará con mucho más espacio. Para ello, el MoMA será unido en su ala oeste con un edificio nuevo. En su parte este, en tanto, se añadirá un nuevo centro de investigación. Al mismo tiempo, el edificio principal, que se levantó en 1939 en base a un diseño de Edward Durell Stone y que desde entonces se amplió tres veces, se reestructurará completamente. También el jardín de esculturas en el patio trasero se ampliará.
En la modernización del MoMA, que costará unos 650 millones de dólares, el arquitecto japonés Yoshio Taniguchi utilizará sobre todo mucho vidrio, aluminio y pizarra. A partir del 29 de junio, todo aquel que abandone la estación de metro “33rd Street” en el Queens Boulevard en dirección a una rampa arqueada, llegará directamente al hall de entrada del MoMA QNS.
Una vez concluidos los trabajos el MoMA QNS seguirá existiendo. Allí se celebrarán exposiciones especiales y se formará a artistas jóvenes. El MoMA creó una empresa de riesgo compartido con el más pequeño P. S. 1 Contemporary Arte Center en Queens. Tanto en Queens como en otras ciudades del mundo se expondrán parte de las más de 100.000 pinturas, esculturas y objetos de diseño del museo. El resto se guardará en diferentes depósitos de Nueva York.