Vie 02.08.2002

CULTURA

“Necesitamos recuperar el valor de la palabra”

Los grupos artísticos del Colegio Nacional Buenos Aires actúan desde hoy en La Plata, con “Castor et Pollux”, por La Compañía de las luces y “El duende”, a cargo del grupo teatral dirigido por Orlando Acosta.

› Por Silvina Friera

Los grupos artísticos del Colegio Nacional de Buenos Aires están rompiendo el cerco del circuito porteño para llevar sus propuestas por distintas provincias, ciudades y pueblos del país. Frente a la devaluación económica, social y política, la cultura se erige como un bálsamo indispensable para eclipsar las consecuencias anímicas de una crisis que parece interminable. En este inédito marco, la ciudad de La Plata se prepara para disfrutar de La Compañía de las Luces, que presentará hoy a las 20.30 en el teatro Argentino (ubicado en 51 entre 9 y 10) la ópera Castor et Pollux, de Jean Philippe Rameau (1683-1764), sobre libreto de Pierre Joseph Bernard, con dirección general de Marcelo Birman y dirección escénica de Diana Theocharidis. Esta tragedia lírica en cinco actos, con una fuerte impronta de los dioses y héroes de la mitología grecorromana, narra la victoria de Venus sobre Marte (dios de la guerra), y de los semidioses protagonistas, hermanos fraternalmente unidos, pero rivales por el amor de Telaire, hija del Sol. Además, la próxima semana la agrupación teatral, integrada por ex alumnos del colegio, ofrecerá dos únicas funciones de El Duende, sobre textos de Federico García Lorca.
Rameau, figura capital de la ópera francesa en el período que va desde Jean-Baptiste Lully hasta la Revolución, fue el autor del célebre Traité de l’harmonie (1722). Castor et Pollux continúa asombrando a los espectadores de este siglo con una gran escena inicial: frente a la tumba de Castor, un lamento prolongado señala el carácter elegíaco de la obra. Bárbara Kusa (en el rol de Phoebé), Ana Moraitis (Telaire), Norberto Marcos (Pollux), Pablo Pollitzer (Castor) y Clodomiro Forn y Puig (Júpiter) integran el elenco, mayoritariamente conformado por ex alumnos del Nacional Buenos Aires. Surgida en 1996, como extensión de las actividades que el Coro del colegio venía desarrollando, La Compañía de las luces fue adquiriendo experiencia en el teatro musical con Orfeo ed Euridice, de Christoph W. Gluck, y El Burgués Gentilhombre, de Molière, con música de Lully.
“Hay textos que resisten el paso del tiempo porque advierten sobre el estado fosilizado de estructuras que necesitan imperiosamente romperse”, explica a Página/12 Orlando Acosta, director del grupo de teatro, que presentará por primera vez en La Plata El Duende, basado en poemas y piezas teatrales de Lorca, el próximo viernes 9 y sábado 10, en la sala Astor Piazzolla del teatro Argentino. El espectáculo, conformado por un puñado de poesías pertenecientes a libros como Romancero Gitano, Poema del Cantejondo y Poeta en Nueva York, se articula con escenas en verso de El amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín, El maleficio de la mariposa y Bodas de sangre, y canciones de Manuel de Falla y del propio poeta. La puesta, recientemente distinguida en la categoría Mención Especial del Premio María Guerrero, cuenta con las actuaciones de Juan Coulasso, Luis Berenblum, Mariano Saba, Francisco Prim, Constanza Perterlini, Alejandra Marimón, y la participación especial de las cantantes Patricia Díaz y Carolina Herrera y los músicos Gonzalo Tobal y Marcelo Blanco.
El espectáculo rescata la lírica lorquiana y traza un paralelo emotivo entre la vida y la producción poética del escritor granadino, un artista que habla del amor, la sensualidad, la sangre y la muerte como ideas semejantes, que en la vida del hombre se dan simultáneamente. Acosta comenta que el común denominador de autores como Lorca, Armando Discépolo y Tennessee Williams –un trío de autores imprescindibles por la universalidad de las temáticas que abordan–, es que ponen al hombre como centro del drama de la vida moderna, más allá de las diferencias estéticas que los distinguen. “Muchos de los personajes de estos dramaturgos se encuentran inmersos en una sociedad que los hostiga, que los oprime y losagobia. Las estructuras ya no lo contienen, encierran al hombre de modo tal que no consigue modificar esta situación”, subraya el director.
Todavía impresionado por la respuesta de la gente de Mercedes (Provincia de Buenos Aires), Acosta relata que al final de la función de El Duende los espectadores se quedaron a conversar con los actores sobre la importancia de transitar por las entrañas de las poesías lorquianas. “Es muy movilizador para los artistas lo que sucede con el público, cómo necesitan textos introspectivos que recuperen el valor de la palabra, tan bastardeado en estos últimos años”, precisa el director, que está ensayando El reñidero, de Sergio De Cecco (1931-1986), que traslada el mito de Electra a una historia de guapos y caudillos en una casa vieja de Palermo. “Lorca se pregunta ‘qué hago con esta hora nueva que viene y que no conozco’. Me parece que todos los argentinos nos estamos preguntando lo mismo”, analiza el director. En cuanto a la pieza de De Cecco, emparentada con la tradición orillera de Jorge Luis Borges y Samuel Eichelbaum, que se estrenará el próximo 28 de septiembre en el teatro de la Ribera, Acosta dice que “la venganza, el odio y la transa política son una constante, en el 1905 (época en que transcurre la obra) y en el 2000 también”.

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