Por K. M.

De los tres gremios que agrupan a los empleados de la Biblioteca Nacional –ATE, UPCN y Soeme–, Horacio Salas acusó en la fundamentación de su renuncia únicamente al primero. Consultado por Página/12, el secretario general de ATE Capital, Leopoldo González, deslindó toda responsabilidad del gremio en esta decisión. “En todo caso hicimos lo mismo que hicimos siempre, pelear por los derechos de los trabajadores. Pero la renuncia es algo que decidió Salas, y no nos parece justo que nos atribuya la causa, como si se tratase de un complot, o de algo que nosotros estuvimos buscando”, señaló el gremialista.
“Es verdad que durante la gestión de Salas tuvimos situaciones conflictivas, sobre todo en el último tiempo, porque cuestionamos la forma en que se quiso encarar un proceso de concursos que se está por abrir, para cubrir una cantidad de cargos de planta permanente. Tuvimos algunas diferencias en los perfiles que se proponían, y nuestra representación las manejó de acuerdo con las normas y procedimientos que están establecidos”, explicó González. Entre los cuestionamientos de ATE figuraba la candidatura al comité de selección para este concurso a representantes de UPCN, algo que el gremio había denunciado como “antiético”.
Al momento de justificar su renuncia, Salas se refirió concretamente al conflicto que se desató a fines del año pasado, cuando doce empleados que se desempeñaban en el área de seguridad quedaron cesantes. Según González, estos trabajadores habían pertenecido en un principio a una empresa de vigilancia privada, que se desvinculó de la Biblioteca Nacional. El organismo decidió volver a contratar por su cuenta a estas personas durante cuatro meses, hasta que adjudicó la licitación a una nueva empresa, y los empleados contratados quedaron sin trabajo. Fue entonces que los delegados de ATE tomaron a su cargo el tema como reclamo, según González, “con la solidaridad de la mayoría de los trabajadores de la Biblioteca”.