CULTURA
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Para mirar, comer, leer y jugar
Por elvio gandolfo*
El mundo de Hebe Uhart, que con tanta nitidez aparece en estos relatos, es abundante, colectivo o absolutamente personal, nunca psicológico en el sentido tradicional, novelístico. Desde la primera persona, o desplegando múltiples vidas ajenas, siempre está mirando hacia fuera. Le ha dado a la literatura argentina decenas de personajes emocionantes, inolvidables, que establecen al hablar, al actuar, al tener sentimientos por otros, una manera de existir, de resistir, de no entregarse. Incluso algún ser que no habla, como esa isoca que se queda a escuchar el divague teológico y palabrero de un predicador mientras afuera llueve. Pero que en cuanto la lluvia para, se toma el olivo, silenciosamente.
* Fragmento del prólogo Camilo asciende y otros relatos (Interzona).
Nota madre
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