Jue 06.03.2008

DEPORTES  › CHELSEA PERDIó 500 MILLONES DE EUROS CON EL RUSO COMO DUEñO

El agujero negro de Abramovich

› Por J. J. Mateo *

Las calles de la ciudad deportiva del Chelsea no están pavimentadas en oro. Negar esa obviedad se ha convertido en la gran desgracia del club: Peter Kenyon, su director ejecutivo, debe argumentar contra lo increíble y prometer lo inalcanzable. Los datos económicos del Chelsea en las cuatro temporadas que lleva en manos de Roman Abramovich –huérfano y rico desde el humilde origen de vendedor ruso de patos de plástico–, lo han colocado en esa posición.

Primero, el origen del mito. Como Abramovich lleva invertidos 578 millones de euros, la leyenda de la máxima opulencia rodea al club, “y ya se acabaron los tiempos en los que nos miraban como si tuviéramos calles de oro”, asegura Kenyon, que tiene más que difícil cumplir su promesa de lograr el equilibrio presupuestario en 2010. El Chelsea suma 508 millones en pérdidas en los cuatro años que lleva Abramovich al frente. Es un agujero negro: tanta inversión le ha dado dos Ligas y tres Copas en cuatro temporadas y media; el despido de dos entrenadores –Claudio Ranieri y José Mourinho–, mil polémicas mil y la ojeriza de los rivales.

Tanto dinero ha provocado hasta muertes ficticias. “¡Mi hijo irá a jugar al Chelsea por encima de mi cadáver! –rugió Hans Robben, el padre del holandés Arjen, en 2004–. Tiene un dueño sin una filosofía de club. Compran jugadores por toda Europa y piensan que eso les hará un gran equipo.” Y se fueron a ver las instalaciones del Manchester United. Allí les prometieron jugar 40 partidos al año. Algo, quién sabe qué, hizo que el chico acabara en el Chelsea, como Shevchenko, contratado por 45 millones con más de 30 años. Hoy, Robben está en el Madrid, que pagó 35 millones por él. Fue una excepción entre un mar de decisiones ruinosas: el club arrastra un desequilibrio de 112 millones en la balanza que mide lo que le costaron las compras y lo que ganó por las ventas.

El Chelsea no les debe dinero a los bancos. Se lo debe a Abramovich, al que Oleg Deripaska, El Rey del Aluminio, acaba de superar como el ruso más rico: 27.000 millones contra 15.000. “Roman demostró de forma continua que su compromiso es a largo plazo”, resopla Kenyon cada vez que se le insinúa que el club desaparecerá si el millonario se va.

El Chelsea se clasificó ayer a los cuartos de final de la Champions League, algo que no lograron ni el Milan ni el Real Madrid. Las líneas de trabajo en el club de Londres son claras. Hay que reducir la masa salarial, unos 134 millones de euros al año; gastar menos en contrataciones; amortizar el gasto de la nueva ciudad deportiva –30 millones para transformar las instalaciones del siglo XVIII del King’s College London–, y mantener como mayor acreedor del club a su dueño. Mientras llegan los títulos, bien están los excesos. Abramovich tiene cinco hijos, yates y un divorcio con las dimensiones de un cataclismo. Separarse de Irina, una azafata rusa, le costó casi 200 millones.

- De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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