Al vencer a Gimnasia en el Bosque de La Plata con un gol de Alberto Acosta, San Lorenzo se mantiene a seis puntos del líder del Apertura, Independiente, que esta tarde seguirá con atención la tarea de sus otros seguidores, Central, River y Boca, ya que Newell’s perdió ayer 1-0 con Unión. No son compromisos sencillos los que les esperan a los escoltas del equipo de Avellaneda.
River no está jugando bien: perdió con Huracán, luego con Racing por la Copa Sudamericana y empató con Arsenal. Esta tarde recibe a Talleres, que perdió a su técnico en la semana y será dirigido por una dupla interina, mientras espera que el martes asuma Sergio Batista. Para quebrar la racha, Manuel Pellegrini dispondrá un planteo más defensivo, con tres defensores –a la Díaz– y dos enganches.
Boca también está urgido de un triunfo después de la inopinada derrota ante Gimnasia en la semana por la Copa Sudamericana, y visita a Olimpo en Bahía Blanca, un partido para el que se descuenta el lleno del estadio.
Central, segundo a cuatro puntos, viaja hasta Santa Fe sin el engripado Luciano Figueroa, para vérselas con Colón, equipo en el que debutará como técnico Edgardo Bauza, y que querrá recuperarse de la goleada que le propinó Independiente una semana atrás.
Y en ese lote de cazadores del líder no quiere dejar de estar San Lorenzo, a una distancia prudencial pero expectante. Lo mejor de anoche fue la reconciliación de los hinchas, que la semana pasada se habían enojado mucho con el entrenador Ruben Insua por la renuencia del entrenador a realizar cambios durante el partido.
Insua no sostuvo la tendencia, y autorizó tres variantes: una, la de Di Lorenzo, por lesión; el jugador solo estuvo diez minutos en el campo, pero ya entonces el resultado bailoteaba delante de los ojos de los simpatizantes azulgranas, gracias al esfuerzo, el tesón y la voluntad de un solo jugador, el interminable Alberto Acosta.
Dentro de un partido chato, mal jugado, sin brillo, fue la tozudez del veterano centrodelantero lo que marcó la diferencia entre uno y otro equipo. Acosta había avisado con un cabezazo a los 8 minutos, que se estrelló en un palo, y reafirmó su decisión de ganarle el partido a Gimnasia con una chilena en el área que Olave rechazó con esfuerzo.
El delantero tuvo su premio un ratito antes del descanso, cuando armó una pared aérea con Chatruc, vía cabezazo: la devolución del volante le cayó a los pies pisando el área, la acomodó con la izquierda y ante la marca de San Esteban y Goux remató con la derecha, para ponerla en el palo más alejado.
El segundo tiempo fue más de lo mismo. Acosta se lo sirvió a Frutos para el segundo, pero la pelota se fue lamiendo el palo. Y fue la cuarta derrota consecutiva de Gimnasia en el torneo.