Una vez más vale la pena replantearse desde dónde se dice lo que se dice, se muestra lo que se muestra, se discute lo que se discute y así siguiendo. En todo orden, pero muy especialmente cuando son los medios de comunicación los transmisores de eso que se dice, de eso que se muestra, de eso que se discute.

¿Desde dónde Julio César Falcioni, con su perfil de indio de madera de tabaquería yanqui en pleno desierto, descalifica a Juan Manuel Llop (claro que sin nombrarlo) y antes de que el ex defensor de Newell’s firmara como nuevo técnico de Racing, afirmando –uno supone que casi sin rubor– que el técnico que asumiría en Racing seis meses antes había mandado un equipo al descenso en referencia –uno supone– a Godoy Cruz? Claro que sin referencias a la reciente campaña de Banfield, club del que fue despedido Llop un par de semanas atrás.

¿Cuáles son los pergaminos que Falcioni o casi cualquier director técnico del fútbol argentino puede exhibir para hablar en demérito de cualquiera de sus colegas?

Por otra parte, cualquiera diría que Llop mandó intencionadamente al descenso a Godoy Cruz, todo sin abundar una vez más, como para no hartar a nadie, en que los directores técnicos no juegan.

Ergo, córtenla de una vez por todas.