DEPORTES › EL PRESIDENTE DE RIVER ASEGURO QUE NO AYUDO A LA BARRA BRAVA
En su declaración ante el juez Rodríguez, el dirigente admitió conocer a Schlenker y Rousseau, pero dijo que no les ofreció nada.
El presidente de River, José María Aguilar, aseguró ayer ante el juez de instrucción Luis Rodríguez, quien investiga distintos hechos de violencia que protagonizaron Los Borrachos del Tablón, que su club nunca le entregó entradas ni le brindó micros a la barra brava. “Jamás he ofrecido entradas, ni micros, ni ninguna prebenda a los miembros de la barra”, dijo Aguilar en su indagatoria con el magistrado, ante quien calificó como “piantavotos” a los miembros de la hinchada. Según su declaración, el dirigente admitió conocer a los presuntos líderes de la barra brava, Alan Schlenker y Adrián Rousseau, pero subrayó que “nunca” le pidieron “ni colectivos, ni entradas, ni un contacto con un comisario, ni un contacto con un político”.
El interrogatorio se refirió al episodio conocido como “la batalla de los quinchos”, que tuvo lugar en el club de Núñez el 11 de febrero de 2007, cuando las facciones se enfrentaron a los tiros en medio de las familias de socios que disfrutaban del lugar, antes del inicio de un partido con Lanús. A Aguilar se le imputa “sostener grupos que infringen el régimen penal y contravencional para la prevención y represión de la violencia en los espectáculos deportivos, a través de la instigación, promoción o facilitación de la formación de estos grupos destinados a cometer delitos e infracciones”.
No obstante, el juez consultó a Aguilar sobre las apreciaciones del dirigente Héctor Cavallero, quien afirmó que la barra era un “Frankenstein” que no podían maneja y que la política “de inclusión” de River, que suponía que los hinchas caracterizados se ocuparan de que no hubiese violencia, drogas o conflictos en el estadio, “había fracasado”.
El presidente calificó las expresiones como “muy poco felices” y conjeturó que Cavallero “intentó gustar” al periodista que lo estaba entrevistando, aunque destacó que mantuvieron un diálogo en el que le confió que “estaba muy afligido” porque “no se transcribieron con precisión sus palabras”.
“Nunca tuve a la barra de mi lado. La importancia política de la barra es un error conceptual. La barra de River es ‘piantavotos’, si usted quiere arruinarle la carrera política a cualquier aspirante a presidente de un club, póngale una bandera en la barra”, afirmó Aguilar. Y agregó: “Los barras no suelen ser socios, no suelen estar, tienen incidencia negativa en cualquier fenómeno electoral. La barra podía hacer trabajos de pintura, la barra no te lleva votos, todo lo contrario: los espanta”. Consultado sobre el sumario interno elaborado tras los hechos de los quinchos, Aguilar respondió que todos los empleados que tuvieron alguna responsabilidad en los incidentes fueron echados “con causa” de la institución.
La declaración fue una ampliación de la prestada con anterioridad frente al juez de instrucción Mauricio Zamudio, quien le dictó una “falta de mérito”, es decir, lo mantuvo vinculado con la causa a la espera de pruebas adicionales. En ese expediente están procesados por lesiones, entre otros, Alan y William Schlenker y su presunto rival Adrián Rousseau, e involucraba también a Gonzalo Acro, cuyo asesinato en agosto del año pasado condujo a los hermanos y otros dos “barras” a la cárcel de Marcos Paz.
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