DEPORTES
› MUY POBRE PRODUCCION DE CENTRAL, SIN FUTBOL NI IDEAS
Mejor Chacarita, pero sin gol
Un partido sólo discreto pero entretenido. Los de Pastoriza hicieron las cosas mejor, aunque no supieron liquidar de contra a un Central muy confundido que tuvo a Castellano sin errores.
Pudo ser para los de Pastoriza. Jugaron mejor y tuvieron, si no muchas, las mejores oportunidades. Una manera de sentir que no se quebraron tras la goleada ante los rojos; ahora, llegó a los 11 puntos. Lo de Central fue preocupante: sin rumbo ni convicción, no jugó a nada reconocible. Tiene 17, a tres de Independiente y con un partido más.
Tardaron 25 minutos en llegar al arco. La doble pared que construyeron Torales-Delgado-Torales terminó con zurdazo apenas afuera del nueve y fue el comienzo. Fue un anuncio. A partir de ahí, mucho mejor Chacarita. Como a lo largo de todo el primer tiempo. Sabiendo qué quería y tratando de hacerlo. Velocidad y decisión de Furios y Pena en la marca; combatividad en el medio, con Rosada y Rivero de abanderados para no dejar maniobrar a Central en esa zona y capturando todos los rebotes fuera de las dos áreas, y movilidad arriba con dos aparentes “livianitos” como Torales y Román Díaz que fabricaron seis ocasiones entre los dos con la asistencia del sutil Delgado y la prodigalidad de Rivero por derecha.
A todo esto, Central fue una confusión absoluta, comenzando por el fondo, donde sólo Castellano –que respondió siempre bien– y Ferrari pasando con decisión y algo de rutina al ataque se salvaron del caos. En el medio, borrados De Bruno y Pino, ausente el más talentoso de los Quinteros, quedó sólo Daniel el combativo para aguantar y aguantó poco. Arriba, ni noticias: Figueroa no la tocó y Mandra menos.
Entraron Arriola y Delgado, y Central mejoró en el segundo. Pero sólo llegó una vez vacío Ferrari por derecha (se equivocó) y metió un cabezazo franco Arriola tras centro de Papa –se prodigó muchísimo, no siempre bien– y eso fue todo. Chaca, de contra, con Torales (tuvo la más clara), Delgado, Rivero, Romero y –sobre todo– Román Díaz, la figura, mereció pero no supo.