Se terminó el reinando de San Antonio. Tras remontar una desventaja de 17 puntos, Los Angeles Lakers lo venció 100-92, con una impresionante actuación de Kobe Bryant, cerró la serie 4-1 y, después de cuatro años, jugará la final de la NBA ante el ganador de Boston o Detroit. Emanuel Ginóbili cumplió una discreta actuación, con nueve puntos y siete rebotes. Ahora tendrá vacaciones, de cara a los Juegos Olímpicos.

En el arranque, San Antonio volvió a su juego de muchos pases, característica fundamental en su identidad como equipo. Con ese argumento, el goleo de Finley y la defensa férrea, el conjunto visitante jugó un excelente primer cuarto, para sacar 13 puntos de ventaja. Como la intensidad la mantuvieron en el comienzo del segundo, los Spurs estiraron a 17 su diferencia. Sin embargo, con mayoría de suplentes, Los Angeles propuso un juego físico que confundió a la visita y redujo a 11 la ventaja, sin Kobe Bryant. San Antonio pareció que retomaba el orden y estabilizó la ventaja alrededor de los 13 puntos. Pero malas decisiones de Parker en el final motivaron que los Lakers cerraran el primer tiempo sólo seis puntos abajo, impensado a partir del trámite y el excelente juego de los Spurs.

Pasado ese buen momento y dilapidada la ventaja, San Antonio comenzó a padecer el partido. Le costaba anotar y sufría en defensa. Entonces, los locales empezaron a dominar como a lo largo de la serie y lograron pasar al frente para el inicio del último cuarto. Y con Bryant como abanderado, Los Lakers fueron tomando paulatinas ventajas hasta lograr el triunfo cómodo y su clasificación para la final.