DEPORTES › OPINION
› Por Daniel Guiñazú
El noqueador noqueó. Y siempre es una buena noticia que eso suceda. Marcos René Maidana (65,000 kg) no faltó a la cita y, en poco más de cinco minutos de pelea, terminó con el brasileño Esmeraldo José Da Silva (64,800 kg) en una reunión de escotes generosos y siliconas prominentes que tuvo lugar el viernes por la noche en el gimnasio del club Libertad de Sunchales, en la provincia de Santa Fe.
Pero, ¿le sirve a Maidana este nocaut en dos asaltos? ¿Hasta qué punto el peleador santafesino necesita de este tipo de combates y este tipo de rivales en su carrera rumbo al título welter junior de la Asociación Mundial? La respuesta a estas preguntas es inevitablemente negativa. Maidana, segundo clasificado en las listas de la AMB, ya pasó la época de engordar con riesgo cero, su record invicto de 23 peleas, todas ganadas, 22 antes del límite. Y en consecuencia requiere de una exigencia mayor que la que pueden oponerle mexicanos de segundo orden, como los que enfrentó este año y el anterior en Alemania, o el incalificable Da Silva, un boxeador de 36 años, que arribó a la Argentina con un record incomprobable y presumiblemente falso.
No se trata de que Maidana enfrente siempre al primero del ranking. Pero una cosa es medirlo con adversarios de cierto nivel, que pueden generarle inconvenientes y obligarlo a crecer. Y otra, muy diferente, ponerlo contra boxeadores de cuarta que habrán de irse a la lona al primer puñetazo que reciban. Mientras Maidana de- sarrolló en la Argentina el tramo inicial de su carrera, su manager Mario Margossian dijo que no tenía dinero para traerle rivales mejores, y por eso, tenía que vérselas con el primero que se le animara. Cuando viajó a Alemania, contratado por la poderosa empresa promotora Universum, se supuso que, automáticamente, habría de mejorar la calidad de sus contrincantes. Fue un error. Ni el húngaro Laszlo Komjathi, ni los mexicanos Manuel Garnica y Arturo Morúa mueven el amperímetro. En el ambiente, a Maidana se lo respeta por su mano pesada y su talento como noqueador. Pero se hace la salvedad de que todavía no le ganó a nadie, más allá de que su record pueda meterles miedo a los incautos.
Como las cosas están como están en el boxeo mundial, un boxeador que todavía no le ganó a nadie, está a punto de combatir por el título. Maidana puede derrotar al ucraniano Andreas Kotelnik y ser el nuevo campeón. Pero, con el nivel de oposición que ha tenido hasta aquí, recién el día de su pelea más grande, y no antes, sabrá sobre el cuadrilátero si está capacitado o no para dar el gran salto. Rivales como Da Silva sólo sirven para completar una línea más en la estadística y punto. Cualquier otra conclusión no debería llamar a engaños.
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