Después de que explotaran los casos de Oscar Ahumada, Martín Bravo y Sebastián Nayar, el tema de la legislación vigente en torno de los contratos de los jugadores se convirtió en una de las mayores preocupaciones de los dirigentes de los clubes, que intentan evitar el éxodo masivo de futbolistas al exterior. Por eso, el Comité Ejecutivo de la AFA y Futbolistas Argentinos Agremiados se reunirán hoy por la tarde para tratar la reforma del Convenio Colectivo de Trabajo firmado hace más de 30 años, y puntualmente el polémico tema de la prórroga del 20 por ciento, que choca con la legislación actual de la FIFA.

En el cónclave, que comenzará alrededor de las 18.30, cada una de las partes propondrá y protegerá sus intereses, pero las ideas no serán tan contrapuestas. Desde el sindicato de jugadores estarían dispuestos a aceptar que la cláusula de prórroga automática del contrato se mantenga en el caso de los jugadores de hasta 23 años, pero pedirían que no haya contratos estandarizados. Es decir que el titular del gremio, Sergio Marchi, irá con una propuesta que tiene una diferencia preliminar a la de los clubes, con la que pedirá que haya diferenciación entre los jugadores que prometen y aquellos cuyo futuro en el fútbol es indefinido.

Pero más allá del acuerdo que haya entre el Comité Ejecutivo y Futbolistas Argentinos Agremiados, se necesitará de un sostén de la FIFA para que las normas argentinas no queden descartadas ante un fallo en Europa, continente de los multimillonarios clubes que dominan el mercado.

Según la legislación FIFA que rige, por ejemplo, en la mayoría de los países de Europa (Grecia es la excepción, ya que tiene un sistema parecido al de Argentina), cuando los contratos se cumplen (por lo general son mucho más extensos que los que se firman en Argentina), el futbolista queda en libertad de elegir su próximo destino, ya que la renovación automática no existe.

Por eso, en la época en la que se jugarán los Juegos Olímpicos de Beijing se reunirán el titular de la FIFA, Joseph Blatter, y los representantes de las confederaciones continentales, y allí los dirigentes argentinos esperan tener el número para neutralizar los avances de la UEFA. Precisamente, lo que buscaría Grondona es intentar modificar la normativa vigente sobre transferencias y contratos, y dividir los países en formadores y no formadores de jugadores.