El gerenciamiento se terminó, pero los problemas en Racing continúan. Cansados de no cobrar, los jugadores decidieron no viajar a Mar del Plata para realizar la pretemporada, aunque hoy habrá una reunión con los integrantes del Organo Fiduciario y representantes de Agremiados para ver si se llega a un acuerdo en la forma de pago. Además, otros futbolistas directamente decidieron no entrenarse. Y, en el medio del conflicto, el interventor del club, Héctor García Cuerva, admitió que si fuese un jugador en condiciones de llegar al club se preguntaría por su destino.

La situación de Racing es cada vez más complicada y ayer terminó de explotar todo, porque los jugadores se cansaron de no cobrar. Por eso, el grupo resolvió postergar el viaje a Mar del Plata. “La pretemporada se va a hacer cuando se resuelvan los problemas económicos de los jugadores”, anunció Llop luego del entrenamiento de la tarde, en un cierre anunciado por lo que venía ocurriendo desde la noche del martes. Por eso, hoy a las 14 habrá una reunión con los miembros del Organo Fiduciario y en la que los jugadores están asesorados por el secretario del gremio, Sergio Marchi. Si la propuesta para ir saldando la deuda los satisface, los futbolistas modificarán su postura y viajarán el viernes a Mar del Plata.

Pero el inconveniente por la pretemporada no fue el único problema que estalló en el club. Asesorados por Agremiados, varios jugadores no se presentaron al entrenamiento, en una medida que no tiene que ver con la anterior. Uno de ellos fue Maximiliano Moralez, que asegura que no cobró ni prima ni sueldo desde que volvió al club, además de que Blanquiceleste no se hizo cargo del pago de su préstamo al F. C. Moscú. Por ese motivo, ya les comunicó a Llop y a sus compañeros que no volverá a entrenarse hasta que le salden la deuda.

A Maximiliano Estévez y Santiago Malano, Llop ya les comunicó que no los tendrá en cuenta. Pero más allá de esa circunstancia, ninguno de los dos se presentó ayer en la práctica, lo mismo que Matías Sánchez, que no volvió al club tras las vacaciones. El problema con Estévez es que tenía arreglada una cifra para la renovación de su contrato con Blanquiceleste, pero con las nuevas autoridades le ofrecieron la renovación por un monto mucho menor. En cambio, Sánchez y Malano, en su momento, fueron vendidos por Blanquiceleste a un grupo empresario, por lo que ahora ya no se consideran jugadores del club. Para colmo, Franco Sosa, que se encuentra en Tucumán, recibió una intimación por falta de pago por el departamento que Racing le alquila.

Con semejante panorama, las palabras de García Cuerva no sorprenden, más allá de la crudeza. “Si digo que se está avanzando en eso de los refuerzos quedaría en el aire. Lo cierto es que si yo soy un jugador que va a ir a Racing me pregunto dónde me voy a meter”, admitió el interventor, que se refirió a los inconvenientes del plantel. “Tenemos una herencia muy pesada, que es la herencia Blanquiceleste. La deuda con los jugadores es de cuatro cuotas de prima, porque de sueldos están al día. Los jugadores han hecho un reclamo gremial y han suspendido sus trabajos, negándose a ir a la pretemporada. Hay que tener presente que recién el 8 de julio se rescindió el contrato con Blanquiceleste y, a partir de ahí, el Organo Fiduciario se hizo cargo. No dejaron ni los contratos paralelos a los contratos federativos, que son en los que se basan los jugadores para su reclamo”, señaló el interventor.

El que no parece tener real dimensión del conflicto es Llop, que le vio el lado positivo a la situación. “Hay que ser optimista. Sabíamos que el reordenamiento del club iba a ser complicado, pero sabemos que hay dos refuerzos que están por firmar en estas horas y dos más que lo harían el fin de semana”, indicó el entrenador. Los jugadores que están a punto de firmar son Federico Nieto y Leandro González, en tanto que no trascendieron los nombres de los otros dos jugadores que mencionó Llop.