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› RACING Y SAN LORENZO EMPATARON 1-1 EL CLASICO EN AVELLANEDA
Lo pudo haber ganado cualquiera
Acosta abrió el marcador con una definición sensacional, Bedoya lo empató con un tiro desde el punto del penal. No defraudaron al público.
No defraudaron. Acaso no hayan entregado un partido virtuoso, pero Racing y San Lorenzo estuvieron a la altura de los antecedentes de un clásico. Jugaron un partido dinámico, abierto, con llegadas y vértigo, con algunas actuaciones destacadas, y con polémica, como el penal que el árbitro Ruscio le otorgó a Racing. Fue empate; San Lorenzo estuvo más cerca por lo que había concretado en la primera mitad, Racing lo pudo haber ganado en la segunda parte.
Tonificado por los buenos resultados de la última semana (derrota a Boca, eliminación de River en la Sudamericana), Racing salió con mayores bríos, pero esa actitud le duró menos que el primer cuarto de hora. Lo cierto es que este equipo todavía no desarrolla una línea definida de juego y San Lorenzo, con más oficio, empezó a marcar diferencias en el tono de las llegadas con peligro.
Campagnuolo manoteó un centro cuando Acosta entraba con peligro, un disparo de Michelini se fue muy cerca del palo, el arquero de Racing desvió con esfuerzo un tiro libre de Romagnoli, y Astudillo remató mal, solo ante el arquero, una perfecta habilitación de Acosta.
La sola enumeración de las situaciones hacía acreedor a San Lorenzo de la ventaja transitoria, y ella llegó por un error de la zaga local, que dejó solo a Acosta. El delantero paró con el pecho un centro de Chatruc, la bajo con la rodilla, le amagó a Campagnuolo y pateó al palo más lejano, haciendo pasar de largo a Rivarola. Una joyita de definición.
Racing solo asombró con el formidable bombazo de Bedoya que, en el final del primer tiempo, se estrelló en el travesaño. Pero su actitud –como contra Boca– cambió en la segunda mitad, con lo que no solo logró la igualdad sino que estuvo muy cerca de darlo vuelta.
Peralta y Mariano González se mostraron algo más activos, y una pelota larga a Milito derivó en el empate. El delantero ensayó la gambeta larga a Saja, el arquero evitó el contacto, pero Milito se zambulló y el árbitro “compró” el penal, que Bedoya tradujo en la igualdad con un recio remate bajo sobre el palo izquierdo.
Pavlovich, rematando desviado ante Saja, y luego Milito, con un derechazo que dio en la parte externa de la red, pudieron haber conseguido la victoria. En el final, los dos mostraron conformidad, aunque San Lorenzo volvió a estar más cerca.