Si el pasado lo condena, el presente abruma. Pareciera que entre uno y otro hace equilibrio el presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), Julio Ca-ssanello, quien fuera intendente de Quilmes durante la dictadura. Sabe que el cerco se cierra sobre su figura de dirigente deportivo actual por su papel como funcionario municipal entre 1979 y 1982. Aunque habría que preguntarse si no es peor lo que sostiene la Asociación Judiciales Bonaerenses de Quilmes (AJB): “En plena vigencia de las instituciones de la república resulta problemático que un ex funcionario de la dictadura genocida ocupe un cargo de juez”.

En efecto, Cassanello es integrante de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial en el mismo distrito donde gobernó con el respaldo del general Ibérico Saint Jean, hoy con arresto domiciliario por privación ilegal de la libertad y tormentos.

El máximo directivo del COA ha tenido demasiada exposición pública durante este año por la realización de los Juegos Olímpicos de Beijing. Sin embargo, no se hizo ver cuando la antorcha desfiló por las calles de Buenos Aires, tampoco cuando la presidenta Cristina Fernández despidió a la delegación argentina en el Cenard, aunque la tercera oportunidad resultó la vencida. Para él fue imposible evitar un escrache del atleta Martín Sharples en una conferencia de prensa. Esa actitud le valió recibir un ataque de empleados de seguridad que custodiaban el edificio de Telecom (sponsor oficial de la representación olímpica), que salieron en defensa del ex funcionario civil de los militares.

Lo que el deportista discapacitado le espetó sin rodeos a Cassanello cuando se disponía a hablar con la prensa es lo que, con palabras semejantes, saldrá en forma de solicitada en los medios. El texto para el que se están juntando firmas precisa que “Cassanello fue intendente de Quilmes desde el 1 de octubre de 1979 hasta fines de 1982, y como tal es responsable de todo el accionar represivo cometido allí, y por tal de la desaparición de Francisco Romeo Barreta en junio de 1980 y de Lindolfo Pablo Gómez, el 11 de junio de 1981”.

La solicitada que firmarán Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, H.I.J.O.S, Familiares, Buena Memoria y el CELS –que además convocan a deportistas, ex deportistas, dirigentes y periodistas deportivos para que adhieran– agrega que “la representación olímpica oficial de los atletas argentinos ante el mundo debe ser ejercida por una persona cuya trayectoria demuestre el respeto por los derechos humanos y democráticos”. Por eso, concluyen con la exigencia al COA para “que desplace a este personaje” y un pedido a la Justicia para que “lo investigue por su accionar durante la dictadura”.

Sharples, quien firmará la solicitada, le dijo a PáginaI12 con cierta desazón: “Parecería que todos se enteraran ahora de lo que es Cassanello, pero esto debería haberse hecho mucho antes. Las federaciones deportivas que lo votaron son culpables de lo que pasa”.

El presidente del COA podría afrontar un problema adicional a la campaña que pretende desplazarlo de su cargo deportivo. Una denuncia del abogado y periodista Pablo Llonto lo considera “coautor material y/o intelectual con condominio de los hechos delictivos cometidos en el partido de Quilmes”. El 25 de julio pasado el juez federal Daniel Rafecas recibió la querella en su despacho y un pedido de detención para el ex intendente del régimen encabezado por Jorge Rafael Videla. El magistrado no hizo lugar a la solicitud, pero podría hacerlo en el futuro conforme a cómo avance la causa.Cassanello pudo viajar a Beijing y disfrutar de los Juegos, pero cuando regrese, la memoria seguirá cercándolo. Una fotografía en blanco y negro donde se lo observa compartiendo un palco con Videla y su ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, que circula por Internet, es más contundente que mil palabras.