Como cuatro años antes, como en Atenas 2004, la Selección Argentina se quedó con la medalla de oro olímpica, al ganar (también) 1-0, esta vez a Nigeria, tomándose revancha de una derrota sufrida hace doce años. Angel Di María marcó el único gol del partido, un gol que valió el oro.

No dio el primer tiempo como para ilusionarse. Porque, a pesar de un buen arranque del equipo argentino, el bache que duró entre los 25 y los 40 resultó preocupante, no sólo porque Nigeria dominó las acciones creando varias situaciones de gol, gracias a la buena técnica de la mayoría de sus jugadores, sino también por la falta de protagonismo de jugadores clave del equipo de Batista.

Durante el primer cuarto de hora, la Argentina controló el balón, pero tuvo un solo remate al arco, un tiro libre de Riquelme que se fue por arriba del travesaño, después de una falta a Di María. El calor –cerca de 32º– conspiraba contra la movilidad de los delanteros argentinos, y Nigeria no precisaba parar dos líneas de cuatro para defender. La dinámica con la que se replegaban sus volantes bastaba para cerrar los caminos hacia el área de Vanzekin.

Con la inteligencia de Obinna y la gambeta de Odemwingie, el equipo africano se las arregló para robarle el predominio al equipo nacional. Entre ambos armaron varias combinaciones de peligro, las más riesgosas de todas fue una pelota al ángulo que Romero debió esforzarse por descolgar y un centro rasante del puntero que nadie empujó al arco argentino.

La Argentina no abría la cancha: con Riquelme ausente del partido, Messi desconectado, Agüero absorbido por los centrales y extrañándose los piques de Di María, era dominado. Pero reaccionó, se despertó y dejó una mejor imagen sobre el final de la etapa. Agüero cabeceó a las manos del arquero Vanzekin y Monzón tuvo la mejor situación de gol del equipo en todo el primer tiempo con un remate de media distancia que fue a parar al corner. Al ratito, una combinación de Messi con Mascherano terminó con un centro bajo del volante que rechazó la defensa. En el balance, no daba la sensación de que la Argentina hubiese sacado diferencias suficientes en el juego como para merecer una ventaja en el marcador.

Messi entusiasmó en el arranque del complemento: pisó la pelota afuera del área para provocar la media vuelta y el remate furibundo fue rechazado con esfuerzo por el arquero. Y cuando el partido amagaba caerse otra vez en el sopor, Riquelme peleó una pelota en campo argentino, ganó el rebote y cedió a Messi, que ya picaba en velocidad. El rosarino hizo la pausa justa y esperó un segundo que Di María pusiera la quinta, con todo el campo nigeriano libre por una vez. El pase fue perfecto, el delantero encaró y aguardó que Vanzekin intentara el achique desesperado fuera del área, para tocarla con la zurda por encima de su cabeza, hacia el arco vacío.

Hubo que sufrir un rato: Obinna se perdió el empate a los 63, Pareja –el mejor defensor argentino– despejó al corner un minuto después, a los 71 falló por poco Ajilore. Pero Messi fabricó un par de réplicas, el tiempo corrió y la medalla de oro, como cuatro años antes, fue celeste y blanca.

1- ARGENTINA

Romero; Zabaleta, Pareja, Garay, Monzón; Mascherano, Gago; Riquelme, Messi; Di María, Agüero.

DT: Sergio Batista.

0- NIGERIA

Vanzekin; Adefemi, Apam, Adeleye, Okonkwo; Ajilore, Kaita, Isaac; Obinna, Okoronkwo, Odemwingie.

DT: Samson Siasia.

Estadio: Nido de Pájaros (Beijing).

Arbitro: Viktor Kassai (Hungría).

Gol: 56m, Di María (A).

Cambios: 63m, Anichebe por Okoronkwo (N); 69m, Ekpo por Isaac (N); 78m, Sosa por Agüero (A); 88m, Banega por Di María (A); 90m, Lavezzi por Messi (A).