DEPORTES › TRES SUPLENTES QUE MEJORARON EL EQUIPO
› Por Daniel Guiñazú
Dejó sabor a poco la actuación individual del seleccionado argentino. Casi ninguno de los grandes nombres que presentó en el campo el equipo de Alfio Basile dio la medida del partido. Cuesta hallar una figura. De todos modos, hay que buscar una. Y entonces, la elección recae en Sergio Agüero (7). El Kun entró en el segundo tiempo por Di María y encontró su lugar en el partido volcado del medio a la izquierda. Supo salir, supo entrar, eligió siempre bien cuándo tocar y cuándo encarar, participó de las mejores jugadas de ataque, anotó el gol del empate con un toque delicado de zurda, y tuvo, al menos, otras dos situaciones claras para convertir que redondearon una actuación para el entusiasmo.
Después, cumplió Juan Pablo Carrizo (6). Ingresó por la lesión de Abbondanzieri luego del gol en contra de Heinze y dio una sensación constante de solvencia y seguridad. Arriesgó por de más en algunas pelotas que quiso salir jugando con los pies, pero disipó las críticas sacándole a Haedo un cabezazo en el segundo tiempo.
Daniel Díaz (6) también rindió a satisfacción. Entró por Heinze en el comienzo del segundo tiempo, ordenó a la defensa jugando como stopper por la derecha, un puesto inusual para él, y llegó un par de veces al área paraguaya.
Lionel Messi y Juan Román Riquelme quedaron con el saldo en rojo. Los dos sufrieron la presión que metió Paraguay del medio hacia atrás, estuvieron permanentemente rodeados y equivocaron más pases que lo habitual. Aun así, dejaron su huella en la tarde lluviosa. Messi (6) le sirvió a Agüero el gol de la igualdad con una corrida notable y una habilitación perfecta y eso lo disculpa en parte de su discontinuidad. Todavía le debe al público argentino un gran partido en el Monumental. Riquelme (5) decepcionó en el primer tiempo por sus imprecisiones. Pero en el segundo, algunos de sus mejores momentos coincidieron con los del equipo. Estuvo más justo en los toques y en los pases, y le puso a Agüero un par de asistencias propias de su estilo.
De Angel Di María (5) se esperaba mucho. Aportó algunos buenos desbordes iniciales por la izquierda. Pero se fue diluyendo. Abierto sobre el lateral y bien tomado por Vera, la pelota pasó poco por su pies. Llegó a bajar casi hasta la posición de Heinze con tal de participar más del juego, pero no pudo rescatarse y terminó cediéndole su lugar a Agüero.
Javier Mascherano (5) incurrió en las mismas imprecisiones con la pelota que el resto de sus compañeros y a la hora de la recuperación, no estuvo tan implacable como otras veces.
Javier Zanetti (5), Martín Demichelis (5) y Fabricio Coloccini (5) levantaron la puntería en el segundo tiempo, pero en el primero no pudieron escapar de la confusión general y de la defensa en particular, si bien Zanetti jugó más como volante que como lateral por la derecha. Esteban Cambiasso (5) pasó por todas las posiciones de la mitad de la cancha, pero en ninguna alcanzó a destacarse.
Gabriel Heinze (3) y Carlos Tevez (3) tocaron fondo. Heinze marcó el gol paraguayo luego de una seria desinteligencia con Abbondanzieri y no pudo luego alzar su nivel. Contagió su nerviosismo al resto de la defensa y casi que le impuso a Basile su reemplazo por el Cata Díaz. Tevez había comenzado encendido, encarando por los dos costados, y forzando faltas al borde del área. Pero su expulsión a los 30 minutos de la primera etapa tras un planchazo injustificable a Verón lo dejó expuesto, sin posibilidad de defensa.
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