DEPORTES › NADAL Y EL CANSANCIO
› Por J. J. M.*
–Rafa, visto lo cansado que está, ¿cambiará su calendario en 2009? –le plantearon a Rafael Nadal después de su derrota con Andy Murray en las semifinales del US Open.
–Si quieres estar en lo más alto... –contestó–, ¿tienes alguna posibilidad de jugar menos? ¿Qué piensas?
–Que no –respondió la periodista.
–Pues ésa es mi respuesta.
Desde el 1º de enero hasta el 1º de septiembre de 2008 hubo casi 500 abandonos en torneos profesionales. Los tenistas sufrieron mayoritariamente problemas en los aductores, las rodillas y los tobillos, además de insolaciones e intoxicaciones alimentarias. “Estoy un poco preocupado por hacia dónde se mueve el tenis –argumentó Nadal– porque la tendencia es jugar más y más sobre canchas duras. Eso es más difícil para el cuerpo. Voy a la sala de masajes. Y, cuando voy, nunca estoy solo. Eso no es precisamente una buena noticia para este deporte.”
Nadal, Federer y el serbio Novak Djokovic, los tres mejores del planeta, decidieron en la habitación de hotel que ocupaba el español en Montecarlo que la voz de los tenistas debe ser escuchada. Fue una de las conversaciones que les llevó a presentarse a las elecciones al Consejo de Jugadores y a responder a un calendario que los transporta a Europa, América, Asia y Australia. El suyo es un caso de agotamiento por éxito.
La WTA, que dirige el tenis femenino, ya ha reaccionado: en 2009 reducirá el número de torneos obligatorios (de 13 a 10) e incrementará las semanas de vacaciones (de siete a nueve). El paso aún no se ha dado entre los hombres, que han identificado el problema. El cemento de Indian Wells y Miami tiene reservado por contrato e imperativo televisivo todo marzo, lo que obliga a concentrar los torneos de polvo de ladrillo en abril. “Increíble”, según Nadal: 23 jugadores se retiraron de sus partidos en las tres semanas que siguieron al cambio de superficie.
“Es difícil estar fresco cada día. Corrí mucho más lento de lo normal y me fue más difícil concentrarme. Estaba al límite mentalmente. Eso repercute en el físico. Sabía que, jugando todo lo que he jugado, podía pasar, pero no se podía hacer otra cosa. Murray ganó merecidamente.”
Nadal no se lesionó en 2008, pero su caso ilustra las exigencias del tenis del siglo XXI: tras ganar la épica final de Wimbledon, debió renunciar a Stuttgart por prescripción médica. Como Djokovic, que estos días se confesó “exhausto”, sufría las consecuencias de un sistema que obliga a todos los tenistas a jugar los cuatro Grands Slam y los nueve Masters Series con el añadido, este año, de los Juegos Olímpicos.
* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.
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