–El domingo reciben a Boca y pueden jugar un rol decisivo en la definición del Apertura, ¿cómo viven este momento?

–Con muchas ganas. Es una linda oportunidad de coronar todas las cosas buenas que estamos haciendo. La idea es salir a atacar y tratar de cortar la circulación del juego en que la mitad de la cancha se arma a partir de (Juan Román) Riquelme. Tenemos muchas ganas de jugar ese partido y de dar una sorpresa.

–Cada vez que un torneo ingresa en una etapa decisiva comienzan a circular rumores sobre supuestas “motivaciones”, que recibirían los equipos que se enfrentan con los líderes, ¿qué postura tiene al respecto?

–La mejor motivación es jugar contra el puntero y ganarle con el propósito de cerrar bien el año. Para un buen profesional, con eso basta y sobra.

–¿Cómo hizo para recuperar a un plantel que se encontraba tan comprometido con el descenso?

–Primero que nada, apuntamos a lo anímico. Hablamos mucho con la intención de levantar la moral del grupo. Y recién después, fuimos a lo futbolístico. La prioridad fue, ante todo, mantener el cero en nuestro arco y privilegiar el orden. Los jugadores pusieron voluntad y, hasta ahora, mal no nos va. En nueve partidos perdimos uno solo y nos metieron nada más que tres goles. Dejamos de ser los “carlitos” del campeonato. Este era un equipo que estaba acostumbrado a perder y ahora somos un rival que está en condiciones de complicar a cualquiera. Pero no hay que relajarse, la lucha es hasta junio de 2009 y son todas finales. Pero lo más importante es que este grupo ya demostró que puede y que va a dejar la vida con tal de mantenerse en Primera.

–¿Entonces cree eso de que los equipos se arman de atrás para adelante?

–Cada equipo tiene que armarse en función de lo que tiene y de sus necesidades. Acá, en Gimnasia, yo no podía venir y prometer que íbamos a ser protagonistas. Primero había que arreglar algunas cosas y encontrar una regularidad que nos permitiera sumar. Si estuviéramos en otro club con aspiraciones y grandes figuras, a lo mejor la idea de juego a implementar hubiese sido otra.

–¿Tan seguro estaba de sacar este equipo de la zona de descenso directo cuando asumió?

–Sí. Es que había un buen plantel; una institución ordenada y creía que se podía, sino no hubiese venido. Muchos me dijeron que estaba loco y que me iba a meter en un lío bárbaro, pero a mí el desafío me encantó. Además, con la paridad que actualmente existe en el fútbol argentino pienso que cualquier equipo es capaz de hacer una buena campaña, si se ordena y tiene la suficiente motivación.

–¿Eso habla bien o mal del campeonato argentino?

–Para mí habla bien, porque es muy competitivo y parejo. El desequilibrio siempre lo van a marcar a los equipos que poseen grandes figuras, pero aun así, nada es imposible.

–¿Qué jugador de Gimnasia lo sorprendió más gratamente desde que llegó?

–Me gustaron mucho (Ariel) Agüero y (Patricio) Graf. También me dejó muy conforme lo de (Gastón) Sessa. Pero, sin dudas, un jugador que creció mucho fue (Denis) Stracqualursi.

–El campeonato pasado trabajó en Central y logró que el equipo no jugara la Promoción, ¿por qué no continuó?

–Los dirigentes querían una cosa y yo otra. Me parecía que después de la campaña que hicimos teníamos una base que nos hubiese permitido pelear un campeonato, pero la comisión directiva tenía otros planes. Querían invertir en infraestructura y cosas por el estilo. Pude haberme quedado, pero preferí no forzar la situación y dar un paso al costado. No es la primera vez que me pasó. En 2007 ascendí con Olimpo a Primera; hubo desacuerdos con los dirigentes y me fui. Cuando las cosas no están claras de entrada no sigo y punto. Me manejo de esa forma.

–¿Qué considera que le falta para dirigir en un club grande?

–Sé que a la larga se me va a dar. Pero no me desespero, para mí es cuestión de tiempo. Si las cosas me salen como hasta ahora, la oportunidad no tardará en llegar.