En un partido muy entretenido, con innumerables ocasiones de peligro y que mereció más goles, Godoy Cruz consiguió un triunfo clave que le sirve para soñar: ya llegó a los 30 puntos en la temporada, situación que le permite tener diez equipos abajo en la tabla de los promedios. Y de paso, quedó como uno de los tres líderes del torneo. Para Arsenal, significó desaprovechar la chance de quedar como único puntero.

Cuando se conoció el fixture, difícilmente a alguien se le hubiese ocurrido que el partido entre Godoy Cruz y Arsenal iba a deparar un puntero, independientemente del resultado. Y con esa cuestión en la cabeza, los dos salieron a disputar el encuentro.

Los mendocinos salieron con la misma premisa que habían mostrado en el Nuevo Gasómetro la semana pasada. Y a diferencia del otro día, esta vez la carambola de entrada jugó a favor. Figueroa ejecutó un tiro libre bombeado que cayó por detrás de Campestrini y pegó en el travesaño. El rebote le pegó al arquero, se elevó y le quedó servido a Caruso, que de cabeza marcó el gol. Con la ventaja, el equipo de Cocca se propuso justificarla con un juego prolijo y ofensivo. Por eso pudo inquietar más de una vez a la defensa visitante, que sufría el toqueteo del conjunto local.

Pero de a poco, Arsenal se fue adelantando en el terreno y emparejó el trámite. Con Pellerano como estandarte, el conjunto de Sarandí pudo salir del encierro y comenzó a generar algunas chances frente a Ibáñez. La más clara fue un remate de Sena que se estrelló en el palo y que Leguizamón disparó desviado en el rebote, aunque también tuvieron sus oportunidades Matos y Carrera. Por llegadas, los visitantes merecían algo más.

El segundo tiempo arrancó a todo ritmo, porque Arsenal soltó mucha gente en ataque y Godoy Cruz aprovechó para contragolpear con mucho criterio. Por eso, los dos generaron varias ocasiones. La mitad de la cancha era una zona de tránsito. A un mano a mano de Figueroa le seguía una entrada de Matos. A una chance de Borghello la continuaba un remate de Pellerano. Campestrini e Ibáñez no paraban de tener sofocones y fueron responsables de que el marcador se mantuviera así hasta el final: Hasta en tiempo de descuento debieron esforzarse para salvar su arco. Pero como nadie acertó, Godoy Cruz se fue festejando por aquel tempranero gol de Caruso.