Jue 23.04.2009

DEPORTES  › EL FRANCéS SEBASTIAN LOEB, EL MEJOR PILOTO DE RALLY DEL MUNDO

Quiere comprarse una quinta

Es la estrella indiscutible del Rally de la Argentina, que se larga hoy en Córdoba. Ganó las cuatro primeras pruebas del Mundial 2009, en el que está invicto, y las cuatro ediciones de la competencia cordobesa. Federico Villagra es la esperanza nacional.

› Por Pablo Vignone

Desde Villa Carlos Paz

¿Imbatible? ¿Imparable? ¿Invencible? Todos esos calificativos podrían caberle al más eximio chofer del planeta. El único que es capaz de manejar a más de 200 km/h por caminos angostos anticipándose a las sorpresas para arribar, invariablemente, en el primer lugar. Está invicto en 2009: ganó las cuatro pruebas ya disputadas este año por el Mundial de Rally, en Irlanda, Noruega, Chipre y Portugal, y nadie apostaría en contra de que estirará la racha a cinco. Porque su próxima cita arranca hoy, en el Rally de la Argentina, la prueba que desanda los ahora extremadamente polvorientos caminos cordobeses, en la que Sebastian Loeb, el mejor de la clase, está también invicto desde 2005. Con un superespecial en el estadio Córdoba a las 19.05 (televisa Fox Sports) el francés quíntuple campeón del mundo comienza a defender sus invictos.

“Eso les preocupa más a los periodistas que a mí –le dice sonriendo a Página/12–. Yo no miro los records. Mi motivación es la misma que cuando empecé a correr.” A Loeb, campeón francés de gimnasia en su juventud, lo favorece la ausencia de una fuerte oposición, debilitada no sólo por el retiro de su máximo rival en su campaña, el finés Marcus Gronholm, sino, inclusive, por la decisión de otros equipos como Subaru o Suzuki de retirarse del Mundial. Por eso a este Rally llega una reducida dotación de 10 autos de la clase World Rally Car (la máxima del rally, con más de 300 HP bajo el capot y muchísimo torque para salir arando de las curvas) repartidos entre Citroën y Ford, las dos únicas marcas que le quedaron en el campeonato, mucho más aquejado por la crisis que la Fórmula 1.

Aunque se crió conductivamente en el asfalto francés, Loeb se desempeña con criterio en la tierra de Córdoba. “El secreto es que en el rally el triunfo depende del todo. Mi compañero Dani Sordo, por ejemplo, muchas veces es más veloz que yo en pruebas privadas –confía–, pero no tiene con su navegante la experiencia que yo tengo con el mío”. Daniel Elena es quien le ha cantado al milímetro la hoja de ruta en los 117 rallies por el campeonato del mundo en que han intervenido a lo largo de la última década, 51 de los cuales (record absoluto en la historia) acabaron con ambos en el sitio más alto del podio. “La hoja de ruta la trabajamos muchísimo, ése es parte de nuestro secreto. Tenemos notas muy precisas y casi no cometemos errores.” Esas notas en los cuadernos de Elena indican en qué marcha y a qué velocidad se dobla en cada curva. “De todas maneras –señala con una broma– acá en Córdoba hay tantos fanáticos en las banquinas que no hace falta la hoja de ruta, ellos te la van marcando.” El polvo de los caminos, mayor al de ediciones anteriores a causa de la sequía, es lo que más preocupa a Loeb.

A diferencia de otras ediciones, este Rally de la Argentina versión 2009, organizado por el Automóvil Club Argentino, concentrará sus tres días de competencia en Punilla y Traslasierra, evitando el largo viaje hasta Calamuchita, sede de las pruebas especiales (las que se recorren a velocidad pura) más populares de la prueba. “Eso lo favorece a Sebastián –reconoce su compañero Sordo–, porque son especiales muy rápidos en los que yo podría andar mejor que él”. A Loeb le preocupa, sobre todo, el exceso de polvo en los caminos, lo único que, parece, podría detenerlo en su marcha hacia la (doble) quinta victoria (en Argentina y en el 2009).

Cinco veces campeón del mundo –nadie lo vence desde 2003–, Loeb probó en noviembre pasado un RedBull-Renault de Fórmula 1 con aceptable rendimiento. “Pero a los 35 años ya estoy viejo para intentar una carrera allí.” La motivación para seguir doblegando a los caminos “está intacta. Lo que cambió es la presión. Ahora es mucho menor. Antes no podía permitirme cometer errores”. Ahora, cuando los comete, son inofensivos: en Portugal, el rally anterior, se pasó en una frenada y perdió 24 segundos. Pero quien heredó la punta, el finés Jari-Matti Latvala, terminó desbarrancándose 150 metros, y dio 17 vueltas de campana para destruir su Focus. Latvala estará aquí “pero sólo para reconstruir mi confianza. Si termino cuarto estaré satisfecho”. Con semejante oposición siempre es más sencillo ganar.

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