Durante la primera parte, Boca no pudo salir del plano de las buenas intenciones. Porque si bien comenzó a jugar enchufado y casi sin acusar problemas por la altura –el partido se jugó en la ciudad de Cuenca, ubicada a 2550 metros sobre el nivel del mar–, con el correr de los minutos fue mermando su producción y terminó muy lejos de concretar aquello que había insinuado.

Las dos situaciones más claras del equipo de Ischia fueron de contra. En la primera, Gaitán robó una pelota y la trasladó hasta tres cuartos de cancha para cedérsela a Mouche, quien ingresó libre por la izquierda y sacó un derechazo al primer palo que el arquero despejó enviando al corner. La otra fue un remate de 30 metros de Battaglia, en el que el arquero Alvarez dio un rebote que Palermo no llegó a conectar.

Los ecuatorianos no podían hacer pesar la localía. Cuando lograron quitarle la pelota a Boca no tuvieron claridad en los últimos metros y prácticamente no inquietaron al arquero Abbondanzieri.

Tras el descanso, el trámite cambió. Los locales, con buenas labores del capitán Giancarlo Ramos y los volantes Granda y Matamoros, se adelantaron un poco más y comenzaron a llegar con la pelota dominada a las cercanías del área de Boca que, sin claridad en el medio ni peso ofensivo, parecía más dispuesto a apostar su suerte a alguna contra milagrosa, para la que abusó demasiado de los pelotazos.

Boca estuvo cerca en jugada de tiro de esquina con un cabezazo de Palermo, que se fue apenas desviado. Y Battaglia volvió a probar desde afuera del área pero su disparo se fue por arriba del travesaño.

Cuenca también sumó lo suyo, cuando la defensa de Boca atravesó su peor momento en el partido. Una seguidilla de errores terminó por agrandar a los delanteros locales, que se hicieron fuertes en los últimos metros, pero seguían fallando en el último toque.

La apertura del marcador llegó, sin embargo, en una jugada de contra de los ecuatorianos. Texeira paró la pelota con el pecho en el medio y habilitó al recién ingresado Preciado, quien sacó un zurdazo bajo sobre el primer palo del arquero de Boca, que se quedó corto en la respuesta.

Ischia intentó un manotazo de ahogado enviando a la cancha a Noir, para terminar atacando con tres hombres. En la primera que tocó el juvenil de Boca, casi consigue el empate, pero su derechazo cruzado se fue apenas desviado. En la búsqueda de la igualdad, Boca terminó cediendo espacios atrás, que Cuenca no supo aprovechar como para ampliar su ventaja.