River volvió a defraudar en el plano internacional. Con un segundo tiempo olvidable, cayó 4-2 ante Nacional en Asunción y quedó de nuevo eliminado en la primera ronda de la Copa Libertadores. La debacle comenzó con la injusta expulsión de Buonanotte y se consumó con una noche mágica de Jorge Núñez. La hinchada despidió al equipo de Gorosito con insultos y silbidos.

River intentó salir a jugar con tranquilidad, a la espera de encontrar el momento justo para golpear. No buscó adueñarse del desarrollo ni arrinconar a su rival, con la serenidad que tenía 90 minutos para conseguir la ventaja. Por eso, apenas con el peso de sus individualidades, se mostró más peligroso que un rival entusiasta pero limitado. En el arranque fue Fabbiani el que contó con la primera ocasión, pero cuando el delantero quiso definir por arriba de Don, el arquero adivinó la intención y salvó la ocasión.

Pasaron muchos minutos hasta que River contó con otra ocasión tan propicia. Es que Nacional apostaba todo a un juego friccionado, con mucha presión en la mitad de la cancha y con pocos espacios para que se movieran los atacantes. Entonces, como el mediocampo que plantó Gorosito tampoco tenía demasiado fútbol, todo se limitaba a alguna maniobra desequilibrante de Buonanotte o algún toque de distinción de Fabbiani. Y fue precisamente el volante el que generó la siguiente chance peligrosa, cuando apareció por izquierda, recibió de Fabbiani, enganchó hacia adentro y sacó un buen derechazo que Don desvió al corner.

Del otro lado, Nacional proponía poco. Apenas mostraba el empeño de Arriola y la prolijidad de Inca en el medio. Con esos argumentos, casi que no inquietaba al fondo visitante. Por eso, aunque no ejercía un dominio claro, la sensación era que River tenía más chances de encontrar el gol. Y lo encontró gracias a un penal dudoso por una falta de Miranda a Fabbiani, que lo anticipó y se tiró al recibir un contacto mínimo. Con un remate preciso al palo derecho, Falcao le dio la ventaja a River. Sin embargo, apenas un ratito después, Gaciba compensó con otra falta más dudosa todavía, por un encontronazo entre Beltrán y Ahumada. Por más que el remate de Escobar fue débil y anunciado, Vega permitió que la pelota le pasara por debajo del cuerpo para que Nacional lograra el empate.

Daba la impresión de que River se iba encima en busca de la victoria. Y en eso estaba, cuando Gaciba completó una noche negra con una exagerada expulsión a Buonanotte. Allí, sumado al ingreso de Núñez, se derrumbó el equipo de Gorosito. Porque el volante ex Vélez definió con categoría –a lo Chelo Delgado– para poner en ventaja a su equipo. Luego, desbordó y le cedió el tercer gol a Ruiz Peralta. Y un rato más tarde, tiró una pared con Inca, fue a buscar y resolvió con un derechazo cruzado para definir el juego. El golazo de tiro libre de Gallardo sirvió para generar un poquito de esperanzas, pero la suerte ya estaba decidida.