“Gallardo y nadie más”, decía una bandera de protesta colgada el domingo en el estadio Monumental, en virtual oposición a aquel “Buonanotte más 10” de la publicidad. Marcelo Gallardo se ha convertido en el salvador de River. En el que aporta claridad en los bajones futbolísticos que abundan en Núñez, el que puede sacar adelante al equipo, que aunque está a seis puntos del líder Vélez no termina, desde el juego, de consolidarse como candidato.

Un par de imágenes hablan por sí solas y dejan en evidencia lo que aporta Gallardo. El domingo, contra Gimnasia de Jujuy, ingresó a los 57 minutos, cuando el partido estaba 0-0, y transformó la primera pelota que tocó en un fabuloso pase gol a Radamel Falcao, que marcó el único tanto. Nueve días atrás apagó otro incendio, con un tiro libre y frente a Boca. En una repetida situación que se está transformando en una costumbre de este River de Néstor Gorosito.

Sus compañeros lo consideran fundamental. Como señaló Diego Buonanotte tras el entrenamiento de ayer: “Con jugadores como él, todo es más fácil. Cuando jugás al lado de un futbolista de sus características, que tiene buen dominio de pelota, uno se siente muy cómodo”. Cada vez que ingresó, seis veces en los segundos tiempos, Gallardo tuvo actuaciones destacadas. Como contra Arsenal, cuando entró y al minuto se despachó con un golazo. Luego marcó otro tanto y hasta habilitó con justeza a Fabbiani.

“El equipo mejora cuando él agarra la pelota. Está a la vista, entró, agarró la pelota, buscó movilidad y el funcionamiento de todos fue distinto”, consideró el mediocampista, que elogió el aporte de su compañero de creación. El único que puede cambiar todo con su experiencia y talento, al punto que logra transformar un River apurado y sin ideas en un equipo que suma puntos y se mantiene a la expectativa. Y eso que jugó apenas 310 minutos (tres partidos y medio) en los últimos ocho encuentros (720 minutos).

Sin embargo, Buonanotte intenta quitarle peso a su compañero y por eso le pasa responsabilidades al conjunto. “Nosotros tenemos que cambiar este presente, sobre todo cuando la gente se pone así”, como el domingo. “Aunque tampoco le tenemos que dar tanta importancia a lo que digan, porque entonces nos vamos a volver locos”, sostuvo en referencia al clima enrarecido, mezcla de apoyo y silbidos, que se vivió en el Monumental.

“Si no conseguíamos los tres puntos íbamos a quedar muy lejos. Falta mucho, pero lo importante es que se ganó y seguimos ahí”, enfatizó el mediocampista, que consideró que el partido del próximo domingo contra Newell’s será “una final”.

Más allá de la razón de la gente, a los jugadores les queda un solo camino para salir adelante: asumir el reclamo y transformarlo en algo positivo. “Es muy feo que te insulten, entonces vamos a entrar a la cancha para tratar de hacer lo mejor y que a River le vaya bien”, señaló Buonanotte, que recordó que el Apertura pasado el clima estuvo más caldeado. “Era difícil jugar así, pero ya estamos acostumbrados. Entonces la verdad es que esperábamos un clima más fuerte y por suerte fue más tranquilo”, remarcó el futbolista, pese al inocultable clima de reprobación que cayó sobre algunos futbolistas según el sacrificio que mostraron.

Por eso, lo que pretenden hacer los jugadores de River es hacer prevalecer los aplausos por sobre los insultos. “Así tiene que ser, nosotros rompiéndonos el alma dentro de la cancha y la gente alentando, y así se nos van a dar los resultados”, consideró Buonanotte, poniendo la vista en las ocho fechas que quedan de este Clausura.

Sin embargo, dejó algo en claro: “Si vos dejás la vida dentro de la cancha la gente no te tiene por qué insultar”. Algo que por el momento sólo evita Gallardo y, despertando tibios aplausos, Radamel Falcao. Por lo que le entregan al equipo en situaciones de necesidad. Y porque no tienen dificultades en calzarse el traje de bombero para apagar los incendios.