Chacarita concretó ayer su retorno a la primera división al vencer agónicamente 1-0 a Platense, en un partido jugado a puertas cerradas en la cancha de Gimnasia. El defensor Mariano Echeverría marcó el tanto consagratorio del conjunto de San Martín cuando se jugaba el último minuto de tiempo regular. Con 68 unidades en el segundo puesto, el equipo de Ricardo Zielinski tomó una ventaja de siete puntos respecto del tercero, Belgrano, cuando restan dos fechas para el final del campeonato.

Chacarita, cuya última temporada en primera fue la 2003/2004, festejará el quinto ascenso a primera de su historia ante San Martín de San Juan, la próxima jornada en la cancha de Ferro, donde hizo de local durante toda la temporada. Una pelota lanzada al área por Matías Alustiza dejó a Echeverría de cara al inseguro arquero Alejandro Sánchez y el defensor la impactó de lleno para desatar una fiesta que parecía postergarse, al menos, hasta la fecha siguiente.

Entonces, las calles de San Martín, el popular barrio que alberga a Chacarita, se inundaron de genuina alegría, como en 1969, cuando logró su único título en primera A, o como en 1999, cuando regresó a la máxima categoría del fútbol argentino después de trece años de ostracismo en el ascenso. O más allá en el tiempo, como en aquel lejano 1919, cuando se afilió a la entonces llamada Asociación Argentina de Football. Para no perder la tradición de celebrar logros importantes en un año terminado en nueve.

La calle Gutiérrez que conduce al estadio, hoy desmantelado y en proceso de reconstrucción, se fue poblando de hinchas apenas finalizado el partido ante Platense. Otro grupo, los fanáticos que viajaron hasta la capital bonaerense y se dedicaron a esperar el epílogo del encuentro en los alrededores de la cancha, también desataron el festejo en pleno Bosque platense. Mientras tanto, un invisible hilo conductor transmitía esa felicidad a los miles que se amontonaron frente al bar El Club, tradicional parada de los “chacaritenses de ley”, a apenas una cuadra y media de la cancha.

Banderas, bocinas, camisetas, redoblantes, cornetas y todo el merchandising “funebrero” brotó espontáneamente a las calles, mientras los hinchas le “dedicaban” el ascenso a Tigre y Deportivo Morón. Muy pocos se acordaron esta vez de Atlanta, el clásico rival de siempre. De hecho, con los de Victoria se verán las caras en primera este mismo año, cuando en el segundo semestre de 2009 comience a disputarse el Apertura.

El plantel y cuerpo técnico se trasladaron desde La Plata directamente hasta el estadio, la casa que tampoco podrán ocupar en primera, como no pudieron hacerlo durante toda esta temporada del ascenso en la B Nacional. Y allí fue la gran recepción, el tributo a un campeón de la humildad, que volvió al barrio, a las raíces, para sentir el cariño auténtico de una barriada incondicional.

Chacarita es otra vez de primera, como Atlético Tucumán. Parecidos y diferentes, como en la vida. Pero con los mismos merecimientos. Y con el corazón en un puño para luchar ante la adversidad.