El Mundo Vélez se siente profundamente dolido porque el ambiente del fútbol no le reconoce sus méritos necesarios en la conquista del Clausura 2009. Los jugadores del equipo de Gareca todavía muestran los dientes cuando se subraya en su presencia el rutilante papel de Huracán aun después de su derrota. De ahí la descarga del ya famoso “ahora el tiki tiki...” en el vestuario, por eso el revanchismo de los hinchas del equipo de Liniers contra el rival vencido antes que en la celebración de los propios atributos.

En esto tuvo que ver la larga, insólita previa de 15 días –inédita en la historia– y la evidencia incontrastable de que Huracán ocupó un lugar preponderante en ella, no sólo por ser el que llegaba puntero, sino porque como hecho futbolístico era lo novedoso, la noticia. Los innegables atributos velezanos –solidez, fortaleza, convicción– son mucho más corrientes en el fútbol argentino moderno; pero, como bien señala Angel Cappa, de ese fútbol “Huracán desempolvó la esencia”. Era el que jugaba distinto. Y los medios tuvieron que hacerse eco de esa noticia, a la vez que escuchaban el creciente clamor futbolero que acomodaba 75 a 80 de cada cien fanáticos del lado de Parque Patricios. “En cien años la gente sólo va a recordar a Vélez campeón, no a Huracán”, dicen los futbolistas coronados. Ojalá. Porque hoy el fútbol se acuerda más de la mano de Gallo que Nimo no cobró que de los campeones del Nacional de 1968.