DEPORTES › OPINION
› Por Gustavo Veiga
La lógica capitalista se lo devoró. Cuando Jorge Valdano dijo a mediados de junio que “llevar el discurso hacia el terreno de la moralidad es desenfocar totalmente el debate”, sabía de lo que hablaba. El Real Madrid, club del que es director general, acababa de comprar a Cristiano Ronaldo. Respetado por su lucidez para analizar el fútbol, desde hace un tiempo comenzó a derrapar. Ya no se apasiona tanto por la esencia del juego y sí por los negocios que proyecta. Y él, que solía cuestionar el entorno multitudinario del fútbol, ahora no acepta las críticas. En tres palabras: se-dio-vuelta.
Las “soluciones deportivas y económicas” que pregona Valdano para su Real Madrid son un mal ejemplo para la aldea global del fútbol. La búsqueda en Google de la palabra inmoral combinada con Cristiano Ronaldo arroja, todavía hoy, 14.400 resultados. En el mejor de los casos, la operación de 94 millones de euros es una herramienta de marketing que una vez concretada comenzó a generar discutibles dividendos: se vendieron quince camisetas por minuto del portugués. No tuvo el mismo impacto el endeudamiento que asumió el club para adquirir su pase junto al de Kaká: dos créditos por 150 millones de euros con la Caja Madrid y el Banco Santander.
Valdano, fastidiado por quienes antes aplaudían su oratoria ilustrada y ahora cuestionan la política dispendiosa que avala, agregó que se sentía sorprendido por “los comentarios de un falso progresismo que lejos de llevar el debate al terreno de la lógica empresarial lo terminan centrando en una falsa ética”.
La ética, si es ética, dejó de ser una coordenada a tomar en cuenta con el advenimiento del amateurismo marrón, el profesionalismo después y más cerca en el tiempo con el fútbol espectáculo. No es que haya una falsa ética. En la lógica empresarial del Real Madrid la ética no existe. Según Aristóteles es como nuestro “modo de ser” o, en un sentido más amplio, “nuestra forma de vida”. Valdano hace tiempo que dejó de hablar de ellos, que abandonó sus máximas filosóficas (que le valieron el apodo de “filósofo”); habla de liderazgo, marketing y profesionalización del fútbol en cada una de las conferencias que da por el mundo. Son temas coherentes con su función como vicepresidente del Grupo Inmark, especializado en “la inteligencia comercial y el de-
sarrollo empresarial”, según informa en su página web española donde se lo ve a Valdano sonriendo con un decorado de fondo que tiene pelotas de fútbol.
Ese grupo le planteó a la AFA una reforma estructural del fútbol en la década del ’90 (Inmark Argentina fue creada en 1989 y es la pionera fuera de España). Su polea de transmisión para penetrar en el mercado nacional fue un sistema de audio y video que se instaló por primera vez en el estadio de San Lorenzo con el patrocinio del ex presidente del club Fernando Miele. La operación, que obligó a un desembolso de 1.800.000 dólares, terminó denunciada en la Justicia y con el procesamiento del ex dirigente y del ex representante de Inmark en el país, el español Romeo Cotorruelo Menta. Un fallo de la Sala V de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional integrada por los jueces Mario Filosof y Guillermo Navarro revocó en 2002 el fallo de primera instancia de su colega Juan José Mahdjoubian.
De aquella etapa poscrisis del 2001 a este presente, el fútbol argentino no cambió demasiado. Tampoco la política de instituciones muy poderosas como el Real Madrid, desde donde se pregona hace tiempo la conveniencia de adquirir grandes figuras para estimular con un shock las alicaídas finanzas. El club debía 550 millones de euros hasta la llegada de Cristiano Ronaldo y el brasileño Kaká; ahora con ellos en su plantel, el pasivo asciende a 710 millones.
La deuda de todas las instituciones argentinas en conjunto ascendería a unos 40 millones de pesos (cifra mínima al lado de aquella, aunque no menos difícil de saldar). También se acaba de postergar el inicio de los torneos de Ascenso porque los dirigentes de la B Metropolitana deben unos dos millones de pesos a sus jugadores. Y, como anticipó Julio Grondona, “corre riesgo el comienzo del campeonato de Primera”. Salvo Boca, los restantes cinco grandes, River, Independiente, Racing, San Lorenzo y Huracán, más los de Rosario, Central y Newell’s, están inhibidos por distintos futbolistas que reclaman el pago de deudas, en algunos casos siderales, por contratos también siderales y de incierto cumplimiento.
El fútbol ya no es “inocente”, como lo defendió Valdano en 1990 durante una entrevista que le realizó el autor de esta nota un día antes de que empezara el Mundial de Italia, en Milán. El fútbol es “indecente”, habría que decir, como sostiene Michel Platini de las contrataciones nada cristianas de Ronaldo y Kaká. Y del fútbol nuestro de cada día debería agregarse otro tanto.
El 30 de abril de 2001, la AFA auxilió con 43 millones de pesos a la mayoría de sus clubes endeudados. Hoy se le presenta un dilema parecido: ayudar, castigar o mirar para un costado. Con este panorama, hablar un poco de ética resultaría atinado. Aunque en los negocios futbolísticos no exista y Valdano considere unos moralistas a los detractores de su querido Real Madrid.
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