La Selección argentina de básquetbol cerró con éxito su primera etapa de la preparación con miras al Premundial de Puerto Rico, que se desarrollará a partir del 26 de agosto. Cuatro triunfos cómodos, con varios pasajes de buen juego, invitan a mirar con optimismo el futuro, sobre todo teniendo en cuenta que el equipo de Sergio Hernández todavía se encuentra en un período de rodaje, sin siquiera haber definido el plantel que buscará una de las cuatro plazas mundialistas. Ahora, la preparación continuará en Brasil, donde Argentina volverá a verse las caras en un cuadrangular con el equipo local (completo), Uruguay y Australia.

La etapa de pruebas en el país se saldó con dos victorias sencillas ante Australia, un buen triunfo ante Uruguay y una paliza memorable ante un combinado B de Brasil. Desde los números, la cosecha resultó irreprochable. Y desde el rendimiento, el saldo también dejó un balance positivo, con muchos ratos de juego asociado, algo llamativo a esta altura de la preparación. Tanto que, más allá de la debilidad de los adversarios, el equipo parece tener una identidad definida.

“La rápida adaptación de muchos jugadores hizo que podamos encontrar el juego, y eso fue muy positivo para que el cuerpo técnico pueda probar variantes. Como equipo, cada uno de nosotros ha sido solidario en ataque, algo que es muy importante”, señaló Paolo Quinteros, una de las principales vías de gol que mostró Argentina en estos partidos y que seguramente también lo será en Puerto Rico.

Lo mejor del conjunto de Sergio Hernández es que parece tener claro lo que quiere dentro de la cancha. Con Luis Scola como principal referente, la ofensiva se construye desde las manos del pivote de Houston, ya sea a través de sus intentos al aro o de los espacios que se generan por la atención que despierta en los defensores rivales. Allí fue cuando apareció la mano de los perimetrales, que se mostraron efectivos para contrarrestar la estrategia de intentar anular a Scola. Por eso, más allá de ciertas desatenciones durante algunos pasajes de los partidos o la pérdida de la línea en el primer cuarto ante Brasil, o en el tercero ante Australia, el equipo de Hernández se siente confiado en sus posibilidades. Además, la defensa también se mostró bastante confiable para el momento de la preparación.

Con esos buenos indicios, ahora es el momento de ajustar los detalles. El técnico ya redujo el plantel con las bajas de Fabricio Vay, Federico Aguerre y Axel Weigand y todavía tiene que descartar a dos o tres jugadores más, dependiendo de lo que suceda con Pablo Prigioni. Por lo pronto, el base Juan Pablo Cantero se quedó en el país, mientras que el resto de la delegación de 13 jugadores viajó ayer hacia Río de Janeiro. El cronograma estipula que el viernes volverá a jugar ante Australia, mientras que al día siguiente se medirá con Brasil o Uruguay, según la combinación de resultados de la primera jornada.