Vélez quiso ganar más que San Lorenzo. Pero al final, terminó llegando al mismo punto: un 0-0 desabrido que dejó gusto a poco en la multitud que llegó a Liniers. Vélez perdió la punta del Clausura y ahora quedó a dos puntos de Central, el inesperado líder. Y San Lorenzo enhebró su tercera igualdad al hilo, un indicio evidente de que el equipo de Diego Simeone no arranca y sigue entrampado en su propia indefinición, perdido en la mitad de la tabla, lejos de sus ilusiones.

La decisión de sus volantes para apretar bien arriba y la movilidad y la habilidad de Maxi Moralez haciéndose valer por los costados fueron los datos que diferenciaron a Vélez de San Lorenzo. Pero ese mejor juego que mostró el conjunto que dirige Ricardo Gareca no decantó en situaciones de peligro. Le faltó a Moralez colar una buena estocada entre la defensa sanlorencista para que López y Martínez pudieran tener su oportunidad. Cuando se pudo armar una buena jugada en el primer tiempo, Moralez dio un remate en el travesaño, Bottinelli sacó sobre la línea un disparo de Coronel y otro tiro de Moralez se perdió cerca del segundo palo.

En la segunda etapa, se redoblaron los esfuerzos, Somoza y Zapata, a puro despliegue, se comieron la mitad de la cancha, y Gareca metió mano poniéndolos a Cristaldo y a Rolando Zárate. Pero no hubo caso: no se descubrió la manera de generar una llegada clara. Llovieron los centros apuntados a los puños de Migliore y las cabezas de Aguirre y Bottinelli hasta que su impotencia coronó el cero.

San Lorenzo tanteó el partido. Prometió volcar mucho fútbol sobre la cancha con Romagnoli y Papu Gómez, pero se fue en insinuaciones. Gómez jugó demasiado lejos del área velezana, a Romagnoli siempre lo mantuvieron cercado y entonces, la pelota rara vez se aproximó a Romeo. Si además, el uruguayo Pintos subió poco y nada y Aureliano Torres sólo cruzó la raya central para desperdiciar un tiro libre detrás de otro, se tendrá una idea de lo que le costó al Ciclón elaborar fútbol y hacerlo trabajar a Montoya.

Simeone redobló su apuesta conservadora en el segundo tiempo. Retrasó más aún a su equipo en la cancha. Y luego, canjeó a Romagnoli y a Menseguez por Axel Juárez y Sebastián González, armó dos líneas de cuatro y dejó a Gómez como media punta y a Romeo como único adelantado. Recién soltó amarras en los cuatro minutos finales, cuando se tiró un lance y mandó a Bordagaray por Gómez, a ver si en una jugada aislada resolvía el partido. A punto estuvo de salirle bien el manotazo. En la primera pelota que tocó, Bordagaray exigió una buena atajada de Montoya. Habría sido un exceso. San Lorenzo no hizo nada para ganar el partido. Sólo trabajó para llevarse un punto que no le cambia en nada su presente inexpresivo.