La sensación antes del partido era que si Independiente no aprovechaba esta ocasión para cortar su racha negativa de más de trece años sin triunfos ante River en el Monumental, difícilmente encontraría una posibilidad mejor. Ante un rival golpeadísimo y con la posibilidad de trepar al segundo lugar con una victoria, el Rojo salió a jugar con esa idea en la cabeza. Y lo que quedó reflejado en la cancha, en apenas 45 minutos, comprobó ese pensamiento. En un partido que se definió en el primer tiempo, el equipo de Américo Gallego se impuso 3-1 al del debutante Leonardo Astrada, que no detiene su caída. Incluso, con estos números, River ya empieza a mirar la tabla de los promedios, con apenas tres equipos entre su posición y la zona de Promoción.

La realidad de ambos llevó el encuentro al plano de la confianza. Por eso, Independiente salió decidido a llevarse el partido. Se paró en campo rival y buscó manejar la pelota, ante un rival que se sintió inseguro casi desde el comienzo. Y como en una de sus primeras aproximaciones serias acertó en el arco de Navarro con un cabezazo bombeado de Gandín y la colaboración involuntaria del arquero, su ánimo se fortaleció aún más. Por el contrario, River se reencontró con todas las dudas del ciclo anterior y le sumó las del nuevo. Por eso, cuando se dio cuenta, ya estaba 0-3, con un concierto de fallas defensivas.

Todo nació en un pase de Gandín al área para Piatti, que llegó apareado por Villagra, pero tuvo tiempo para acomodarse, girar y definir ante la tímida oposición de Navarro. Y apenas cinco minutos más tarde, Mareque quebró la línea de volantes sin ninguna traba y metió un pase flotado a espaldas de los centrales para que Silvera recibiera sólo y resolviera con total tranquilidad ante la inacción del arquero. Apenas con la contundencia y el aprovechamiento integral de los errores rivales, Independiente se encontró con el partido resuelto en poco más de media hora.

Tan malo era el panorama para River que ni siquiera consiguió el descuento cuando tuvo ocasiones propicias: Fabbiani pudo anotar ingresando por el segundo palo, pero Gabbarini le tapó el remate de manera notable. Y luego, Buonanotte apareció sólo por izquierda, pero pateó mordido y permitió que el arquero controlara. Las pocas esperanzas de River comenzaron a dispersarse en ese momento, ya que ni siquiera logró un envión anímico para el segundo tiempo.

Pese al ingreso de Gallardo, River siguió con el mismo ritmo. Apenas Buonanotte mostraba rebeldía para intentar algo distinto. Sin embargo, su búsqueda moría antes de llegar a Gabbarini. Lo único positivo para el equipo de Astrada resultó que Independiente prefirió cuidar la ventaja en vez de seguir aprovechando los errores defensivos. Por eso, en el segundo tiempo recién llegó cerca del final con una mandada de Piatti, que buscó con un zurdazo pero la pelota rebotó en el palo.

El penal que convirtió Gallardo sobre el final no sirvió para aplacar los ánimos. Por el contrario, los jugadores se retiraron bajo una lluvia de insultos y silbidos. El blanco preferido fue Fabbiani, que le hizo un gesto de silencio a la platea San Martín. Además, esta vez tampoco se salvaron los dirigentes, ya que un grupo de un centenar de hinchas se acercó al hall para protestar: “River va a salir campeón/el día que se vayan todos/los hijos de p... de la comisión...”. Todo eso lo provocó el Independiente de Gallego, que ganó en el Monumental, después de trece años.

1- RIVER

Navarro; Ferrari, N. Sánchez, Coronel, Villagra; Galmarini, Almeyda, Archubi; Buonanotte; Bou, Fabbiani.

DT: Leonardo Astrada.

3- INDEPENDIENTE

Gabbarini; Vella, Matheu, Galeano, Mareque; Piatti, Acevedo, Mancuello; Gandín, Núñez; Silvera.

DT: Américo Gallego.

Estadio: River.

Arbitro: Pablo Lunati.

Goles: 10m Gandín (I); 29m Piatti (I); 34m Silvera (I); 90m Gallardo (R), de penal.

Cambios: 37m Machín por Mancuello (I); 45m M. Díaz por Bou (R) y Gallardo por Galmarini (R); 59m Godoy por Núñez (I); 70m Ríos por Fabbiani (R); 71m M. Gómez por Silvera (I).