“Siento un orgullo muy grande por mantenerme vigente. Son virtudes que gracias a Dios todavía sigo teniendo. También me siento muy bien por seguir estando presente en partidos de esa importancia.” Marcelo Gallardo recibió la ovación de los hinchas de River cuando Leonardo Astrada lo cambió por un defensor, Maximiliano Coronel: un golpe lo había dejado prácticamente fuera de combate. Pero con el gol de tiro libre que le marcó a Boca había abierto el camino a una victoria que luego el equipo no pudo sostener. “Nadie puede reprocharme nada. Es una pena que el gol no sirvió para ganar un partido de esta envergadura”, se lamentó.

“Estos partidos los disfruto más que nunca porque pienso que son los últimos que me quedan, los vivo con una intensidad increíble y es lo que me hace sentir vivo, con ganas de entrenar. Significa mucho ponerme esta camiseta cuando llega el domingo”, describió el astro.

“Al analizarlo en frío, tenemos la amargura de no haber definido el partido cuando fuimos superiores. El panorama estuvo favorable en el primer tiempo, eso lo tenemos que guardar como una cosa positiva, porque no es fácil lograr que Boca no tenga situaciones de gol. Nos queda un sabor amargo más a nosotros que a ellos”, subrayó Gallardo.

“Boca no nos supo lastimar salvo el gol, que fue una jugada rápida. No fue un error, fue una virtud de (Martín) Palermo que convirtió y de (Román) Riquelme, cuando le baja la pelota”, explicó.

Gallardo rememoró dos momentos del encuentro: “En el tiro libre le dije a (Matías) Abelairas que me tenía mucha confianza; y yo era uno de los encargados del penal, pero cuando uno está dentro de la cancha y se acerca un compañero para decirte que se tiene confianza, lo más normal es cedérselo”, comentó Gallardo, a quien algunos hinchas le reclamaron que no hubiera ejecutado el penal. “Le atajaron el penal a Ariel (Ortega), pero no importa. Confiamos a muerte en él y sigue siendo un referente de la gente”, puntualizó.

Gallardo coincidió en que la expulsión de Cristian Villagra fue el punto de inflexión del superclásico. “Nos condicionó la expulsión, porque Leo (Astrada) tuvo que poner a (Maximiliano) Coronel y salí yo, ya que estaba con una fuerte molestia por una paralítica a los tres minutos. Eso condicionó el partido y Boca agarró un poco más la pelota”, analizó.

“Once contra once, Boca no nos creó problemas y cuando cambiamos el esquema no les quedó otra que venir a buscarlo, pero tampoco estuvieron claros –señaló el volante–. Gaitán no nos complicó para nada en la primera parte, y en el segundo se le generaron espacios cuando el entrenador tuvo que rearmar al equipo y entró Coronel de lateral izquierdo, que no es su posición natural.”