DEPORTES › UN PROVOCATIVO PROYECTO PARA UNA COPA DEL MUNDO
Los tenistas lo apoyan: un torneo con 32 países, partidos más dinámicos y jugadores entrando y saliendo del court. La FIT recibió la propuesta con diplomacia, porque no quiere sacrificar el certamen de la Ensaladera de Plata.
› Por Pablo Vignone
La Argentina nunca ganó la Copa Davis y quizá no la gane jamás... porque la Copa puede dejar de existir. Los principales jugadores del ranking apoyan la creación de una copa del mundo de tenis, a jugarse cada dos años, con un formato radical, que en caso de ponerse en marcha dejará obsoleto al tradicional torneo de la ensaladera y, de paso, aliviará mínimamente el rigor de un riguroso calendario de once meses que brinda tantas posibilidades a los grandes éxitos como a dolorosas lesiones.
La idea es apoyada por el consejo de jugadores de la ATP, integrado por Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic, los tres mejores tenistas del ranking, que hace tiempo bregan por una reducción del frenético ritmo que propone el calendario. Federer y Andy Murray, el quinto mejor jugador del mundo, se bajaron de la ronda inicial de la Copa Davis 2010, en la primera semana de marzo; Juan Martín Del Potro todavía no confirmó su participación en la serie contra Suecia, en Estocolmo.
El concepto es una completa innovación, no sólo en el calendario sino en la manera de jugar. La propuesta es convocar a 32 equipos nacionales, cada uno integrado por tres jugadores y un capitán, en un formato similar a la Copa del Mundo de la FIFA: ocho zonas de cuatro equipos, enfrentándose en sistema round-robin. Los dos mejores de cada grupo pasan a la zona de definición, por eliminación directa. La Copa del Mundo que se llamaría “El Grand Slam de las Naciones” (para adoptar un nombre propio, que lo caracterizara) tendría, así, una duración máxima de diez días.
Pero los enfrentamientos no serán al mejor de cinco partidos, como en la Davis, sino en un solo encuentro, con características novedosas. Se jugará a cinco sets, pero cada equipo puede usar, alternativamente, a sus tres tenistas; es obligatoria la inclusión de dos durante el partido, y cada uno debe estar en el court durante al menos seis games. Del Potro, por ejemplo, podría ser reemplazado por Nalbandian o Mónaco durante el encuentro.
La gran variante es que ya no se observará la regla de los dos puntos de ventaja para ganar el juego, como ya es costumbre en los certámenes de dobles del circuito ATP. Cada “iguales” será decisivo. Y los tie-breaks serán a nueve puntos máximo: el primer equipo que gana cinco puntos se lleva el set.
Además, se propone que el lapso máximo entre punto y punto sea de 25 segundos, no de 35 o 40 como es normalmente hasta ahora. Se apunta a que los partidos no superen las dos horas y media de duración, para hacerlos más ágiles en televisión y atraer más telespectadores en todo el mundo. Se prevé una cifra de 25 millones de dólares en premios.
El proyecto es llevado adelante por una agencia de marketing australiana, Gemba, que acepta que el máximo escollo para poner en funcionamiento el nuevo torneo es la actitud conservadora de la Federación Internacional de Tenis (ITF), poco proclive a sacrificar la Davis (ver aparte).
“Soy un gran fanático de la Copa Davis, pero si se toma una decisión para abandonarla o algo cambia en el calendario, entonces una copa del mundo es una idea fascinante”, declaró Murray al Times londinense. Lo que está claro es que el mundial no puede agregarse al calendario, sino sustituir a otro certamen.
“Esto podría ser crucial para el devenir del tenis durante los próximos años –opinó Djokovic–. Los jugadores somos los protagonistas del tenis, los que damos el espectáculo y nos deben tener en cuenta.” Además de un mundial, a los tenistas les place la posibilidad de dinamizar los partidos.
“Ninguna idea puede caminar sin el apoyo de los jugadores –opinó James Hird, un ex jugador de fútbol australiano que preside Gemba–. Pero las primeras impresiones que recibimos de ellos han sido buenas. No queremos agregarles más citas al calendario, sino encontrar un nuevo espacio en él.” El mundial se disputaría entre septiembre y octubre en Europa.
La compañía ya presentó su proyecto a Adam Helfant, el presidente del ATP Tour, al All England Club (organizador de Wimbledon), a la USTA (del US Open) y a Tennis Australia, que organiza el primer Grand Slam de la temporada, el Abierto que comienza este fin de semana. Su director, Craig Tiley, se mostró a favor del nuevo torneo: “Creo que es innovador, refrescante y bien pensado. Tiene que ser bueno para el tenis”.
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