En el estreno de Miguel Russo, Racing recuperó la sonrisa. Sin jugar bien y sacando provecho de la tonta expulsión de Jonathan Bottinelli, el equipo de Avellaneda se quedó con el clásico al derrotar 1-0 a San Lorenzo, en un partido que parecía tener el empate sellado. Pero sobre el final, Gabriel Hauche, en evidente posición adelantada, consiguió el gol del triunfo, que si hoy Central pierde, sacará a Racing de la zona de Promoción.

El juego empezó rodeado de morbo. Los de Racing silbaban a Migliore, por su poco clara salida del club. Pero en cambio, aplaudían a Simeone, más por su reconocida simpatía por la Academia que por los logros de su breve paso como jugador y aún más breve paso como entrenador. Del otro lado, los de San Lorenzo no se acordaban bien de su ex técnico. “De la mano de Russo, se van a la B”, le cantaban al debutante entrenador de Racing. Lo concreto es que el juego era más interesante afuera de la cancha que adentro, donde pasaba poco y nada.

Con los dos equipos parados con un esquema clásico, con cuatro defensores, tres medios, un enganche y dos delanteros, no resultó extraño que se neutralizaran en los primeros minutos. Pero a medida que transcurrían los minutos, las individualidades comenzaron a pesar en el desarrollo. Pese a la inactividad, Romagnoli mostraba pinceladas de su talento. Y aun con sus lagunas, Alejandro Gómez desequilibraba con su gambeta por la izquierda. Por eso, con muy poco, a San Lorenzo le alcanzaba para mostrarse más incisivo y para contar con las pocas ocasiones de gol del encuentro.

Una buena pared entre Gómez y Alfaro le posibilitó al uruguayo quedar de cara al tanto, pero su remate desde el borde del área encontró una impresionante respuesta de De Olivera. Y un rato más tarde, el poste le negó el tanto a Romagnoli, que apareció libre por el segundo palo. Por el contrario, Racing no tenía peso ofensivo. Acorralado Castromán, Lugüercio y Hauche quedaban demasiado aislados arriba, con casi nulo acompañamiento de los volantes.

El panorama para la segunda parte pintaba igual. San Lorenzo lucía más ambicioso y Racing no mostraba signos de reacción. Sin embargo, una nueva irresponsabilidad de Bottinelli, que siguió con sus protestas tras recibir una amarilla, cambió la geografía del juego. Simeone sacó a Romagnoli para rearmar la línea de cuatro y Russo puso a Bieler para acompañar a los delanteros. Así, al menos, Racing recuperó el dominio territorial, aunque su principal déficit radicó en el aspecto ofensivo. Hasta que llegó el centro de Grazzini, el cabezazo de Lugüercio con el posterior rebote de Migliore y la entrada de Hauche para conseguir el tanto del desahogo. Para que Racing empiece a mirar el futuro de otra manera.