Desde Londres

Un cóctel de sexo, mentiras e Internet está haciendo añicos los sueños de Inglaterra para la Copa del Mundo de Sudáfrica. Ayer el defensor Wayne Bridge anunció que no quiere formar parte de la escuadra de Fabio Capello por considerar que su presencia sería “insostenible y divisoria”, luego de semanas de escándalo por el affaire de la que fuera su novia, Vanessa Peroncel, con el ahora ex capitán nacional John Terry.

El escándalo ha sido la comidilla diaria de los ingleses, pero salvo por la pérdida de la capitanía de Terry no había tenido un fuerte impacto futbolístico. Las cosas cambian ahora porque Bridge era carta segura para, reemplazar a Ashley Cole, que necesita tres meses para recuperarse de una fractura de tobillo y enfrenta su propia tormenta por el anuncio de su esposa, la cantante Cheryl, de que se separaría de él por sus continuas infidelidades, la última por celular.

A pesar de este impacto, el jugador del Manchester City no parece estar exagerando cuando dice que su renuncia es por el “bien del equipo”. Por más profesionalismo futbolístico que haya en juego no le iba a ser fácil a Bridge formar dupla defensiva con Terry, ex compañero del Chelsea, con quien solía salir en pareja, antes de que explotara la bomba mediática de su relación con la atractivísima modelo francesa.

Aún así el affaire está deshaciendo uno de los pilares del sueño inglés para la Copa del Mundo: su solidísima defensa. No sólo Ashley Cole está en duda para el Mundial y Bridge se niega a reemplazarlo. El mismo John Terry empieza a sentir el desgaste de todo este episodio, como se vio en el gol que convirtió el miércoles Diego Milito, luego de superarlo con facilidad en el área a los tres minutos del partido de ida entre el Inter y el Chelsea. En cuanto a Bridge, si bien eludirá a Terry en la selección, no podrá evitarlo hoy cuando el Chelsea reciba al Manchester City de Carlos Tevez en Stamford Bridge, un partido que ha despertado un interés que, desde ya, va mucho más allá de lo futbolístico.