El goleador Martín Palermo volvió a meter presión ayer a los dirigentes de Boca en relación con la controvertida renovación de su contrato, apuntó que no desea sentirse “un estorbo” para el club y admitió que “está la posibilidad de no seguir en el club”. El delantero, que está a un solo gol de convertirse en el máximo goleador histórico de Boca, pretende renovar su contrato por un año más y espera señales concretas de la dirigencia, que no llegan. Para colmo, los resultados del equipo no lo ayudan.

“Si los resultados fueran otros la realidad sería otra y quizá los dirigentes no dudarían tanto. No quiero sentirme un estorbo para el club –manifestó ayer Palermo–. Está la posibilidad de no seguir en el club, en el fútbol todo es posible. Siempre llega el final de un ciclo o de la carrera, pero mi idea es seguir un año más”, agregó el delantero en declaraciones al programa Estudio Fútbol.

Palermo, que con 218 goles anotados con la camiseta de Boca alcanzó la marca de Roberto Cherro y ahora apunta todos sus cañones a superar al histórico delantero de la década del ’30, tiene contrato con Boca hasta junio de 2010, pero desde hace varios días intenta obtener una respuesta inmediata de la dirigencia, cuya idea es sentarse a negociar recién cuando finalice el presente torneo Clausura.

Tanto el jugador como su representante, Gustavo Goñi, intentan instalar el problema de la renovación ahora, porque es el deseo del goleador tener todo arreglado con el club antes de su viaje a Sudáfrica con la Selección. Lo mismo sucedió durante la pretemporada, cuando el jugador afirmó su deseo de retirarse en Boca. En el entorno del jugador aseguran que Palermo está “intranquilo”, debido a que los directivos no dan señales al respecto. El mismo entorno dejó trascender que Palermo tendría una oferta concreta, de 1,2 millón de dólares por temporada, del Inter de Porto Alegre, donde juega el ex arquero de Boca Roberto Abbondanzieri.

Más allá de su situación, Palermo se refirió al flaco presente futbolístico de Boca y consideró que son los jugadores y no el entrenador, Abel Alves, los responsables por los malos resultados. “A la cancha entramos nosotros, no el técnico, los dirigentes o la gente. Los responsables somos nosotros. Si yo erro goles es mi culpa. No es bueno caerle por todo al Chueco (Alves), así como antes no tuvieron la culpa (Carlos) Ischia ni (Alfio) Basile”, destacó.

Por último, expresó que este semestre no está perdido. “El torneo está parejo y no hay un equipo regular que marque una diferencia. Independiente es el candidato si mantiene el rendimiento, pero no hay que descartar a Boca. No podemos dejar pasar más chances, tenemos que arrancar de una vez”, remarcó.