Le ganó el primer set, pero el croata mostró un servicio sin fisuras para quitarle ritmo al argentino. Los nervios hicieron el resto. De todas maneras, fue la mejor actuación del tandilense en torneos de la serie 1000.
El sueño de Juan Mónaco en el Masters 1000 de Indian Wells murió en los cuartos de final. Pese a que se le había abierto el cuadro, el tandilense no lo pudo aprovechar y cayó 4-6, 6-2, 6-1 con el croata Ivan Ljubicic, que a los 31 años pretende regresar al nivel que lo llevó a ser top 5 durante varias temporadas.
En el arranque, el encuentro estuvo marcado por la paridad. Con Ljubicic manteniendo su servicio con autoridad, la idea de Mónaco fue focalizarse en el suyo, para no sufrir algún quiebre, y esperar paciente su oportunidad. Así, pese a algunos sofocones, pudo llegar igualado al 3-3, mostrando una gran solidez desde el fondo de la cancha. Allí, el argentino supo sacar provecho de un momento de desconcentración del croata para romperle el servicio en la primera y única chance que tuvo en el parcial. Igual, con eso le alcanzó para llevarse el primer set, en 45 minutos. Más allá de los errores no forzados del europeo, compensados con su mayor cantidad de winners, la única diferencia estuvo en aprovechar las ocasiones, algo que el croata no hizo: tuvo tres break points y no pudo capitalizar ninguno.
El segundo set fue otra historia. Mónaco ingresó algo más relajado y lo pagó con un rápido quiebre en cero que lo obligó a correr desde atrás. Además, Ljubicic encontró mayor efectividad con su primer saque y, además, lastimó con esa arma. De los doce puntos que se jugaron con su primer servicio, apenas perdió uno. Para colmo, Mónaco tampoco estuvo fino sobre el segundo saque, con lo que sólo ganó tres puntos en todo el segundo set. Desmoralizado por no tener chances sobre el servicio del croata, Mónaco volvió a ceder el suyo en el octavo game para entregar el segundo parcial en menos de media hora.
La tónica del encuentro no cambió en el set decisivo. El saque del croata siguió abriendo caminos, ya sea para ganar puntos como para empezar a dominarlos. Por eso, cuando Mónaco no pudo levantar el segundo break point y quedó 1-3 abajo, la sensación indicaba que se trataba el principio del fin. Para colmo, el tandilense se puso nervioso, sumó muchos errores no forzados y sufrió un nuevo quiebre. Así Ljubicic no tuvo inconvenientes para cerrar el juego con su servicio y lograr el pasaje a las semifinales, donde se cruzará con el ganador del encuentro entre el español Rafael Nadal y el checo Tomas Berdych, que se enfrentaban anoche.
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