Por Ben James
Desde Manchester

Juan Sebastián Verón es objeto de alabanzas por parte de la prensa y afición británicas, que apenas un mes antes lo señalaba como el principal símbolo del titubeante caminar del Manchester United.
El mes pasado, cuando el entrenador de los “Diablos Rojos”, Alex Ferguson, se presentó ante la asamblea general del club y defendió a sus jugadores, que en aquel momento se encontraban quintos en la Premier League a larga distancia del Arsenal, los accionistas echaban chispas.
“Tengo un gran respeto por usted y siempre estaré en deuda por lo que ha hecho por este club, pero ojalá se hubiera retirado al final de la pasada temporada”, espetó un socio a Ferguson.
“Tiene usted que volver al establo y deshacerse de algunos de sus ejemplares, empezando por la mayor mula de tiro de todos, Juan Sebastián Verón”, continuó el furibundo socio, aprovechando la afición de Ferguson por los caballos para realizar la hiriente comparación.
El técnico no respondió ni una sola palabra y contuvo como pudo su rabia. Sin embargo, uno mes y siete victorias consecutivas después, las cosas no podrían ser más diferentes.
El Manchester ha recortado la ventaja del Arsenal a un punto en lo más alto de la clasificación y, con dos triunfos seguidos en Europa, tiene la clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones prácticamente asegurada. Y todo ello con el maltratado Verón como pilar del resurgimiento.
“Realmente, el equipo no cambió, pero sí lo hizo la actitud”, dijo el argentino a The Guardian. “Colectivamente creo que teníamos que hacerlo mejor y yo me incluyo. Tenemos que darnos cuenta de que llevar la camiseta del Manchester United no nos garantiza la victoria.”
Ahora, muchos de los periódicos británicos que estuvieron denostándolo durante los últimos 16 meses se ven forzados a admitir que Verón está mostrando finalmente las cualidades de las que decían que carecía: espíritu combativo y fortaleza en el choque.
“Tengo que ser sincero y admitir que la pasada temporada hubo momentos en los que no jugué bien”, dijo el argentino. “Me gustaría pensar que siempre tuve la confianza del cuerpo técnico, aunque en realidad sabía que podía ayudar más al equipo. Pero lo que cuenta es cómo reacciona uno. El secreto es convertir las críticas en un estímulo.”
El gol de Verón en la victoria 3-0 del sábado, un tremendo disparo desde 30 metros de distancia, así como su tanto en la semana anterior ante el Arsenal, convencieron finalmente hasta a los críticos más feroces. El poder goleador mostrado por el argentino en la Liga unido a su rendimiento en el centro del campo junto a Phil Neville hacen pensar que los 44 millones de dólares que el Manchester pagó a Lazio por su traspaso están bien invertidos.
Después de un año de sufrimiento, Verón está por fin respondiendo a sus detractores, algunos de los diarios británicos más conspicuos, que tienen que tragar sus palabras acompañadas de juego y goles.