Fue Gianni Brera, un escritor y periodista italiano, quien acuñó la famosa frase “el cero a cero es el mejor resultado”. Sin embargo, Italia, durante décadas la patria del catenaccio, experimenta en su fútbol un salto de calidad en emoción y, especialmente, en goles. Puede haber sorprendido el 3-1 del Inter de José Mourinho, ayer, sobre el Barcelona, en el partido de ida de la primera semifinal de la Champions League, especialmente porque nunca, desde que lo conduce Josep Guardiola, el equipo catalán había caído por más de dos goles de diferencia. Pero con Diego Milito como máximo artillero, el conjunto milanés es líder en efectividad en una Liga que, al menos en los primeros planos, apuesta más al arco de enfrente de lo que se supone.

Milito señaló ayer, de cabeza, el tercer tanto del Inter, que había arrancado en desventaja después de que Pedro pusiera en cabeza al Barcelona tras una hermosa demostración de fútbol combinado. El mismo delantero argentino participó en las jugadas de los dos primeros tantos del conjunto italiano, el del empate de Snejder (cuando giró en el área, escapando a la marca de los centrales del Barça, y lo habilitó de media vuelta) y el de desnivel de Maicon (habilitando al lateral brasileño con un centro preciso tras un desborde por derecha), después de una jugada en la que Lionel Messi –que no gravitó de la manera en que puede hacerlo– reclamó falta.

Los jugadores del Barcelona se quejaron mucho del arbitraje del portugués Olegario Benquerença, y lo cierto es que Milito estaba en posición adelantada cuando señaló su gol, el tercero. pero también es real que el equipo de Mourinho –en el que también fueron titulares Walter Samuel, Javier Zanetti y Esteban Cambiasso– no se refugió en su área, paró al Barcelona en el medio sin verse arrasado, le robó mucho la pelota y lo sometió en la réplica. Lo entendió así Sergi Busquets, uno de los intocables del mediocampo barcelonista, que aseguró: “Si controlamos las contras, la remontada es factible”.

Reemplazado un cuarto de hora antes del final por Mario Balotelli, Milito lleva 23 goles en la temporada: 19 goles en la Serie A (va segundo en la tabla de goleadores) y cuatro en la Champions League con el de ayer ante el Barcelona. ¿Se habrá ganado ayer, definitivamente, el pasaje al Mundial? Pese a haber perdido la punta de la Serie A, el Inter es el equipo de mejor promedio de gol en el fútbol italiano: 1,91 por partido (65 goles en 34 encuentros). Aunque la cifra es ligeramente inferior a la del Barcelona en la Liga Española (2,42, 80 goles en 33 partidos), el Inter es líder en un fútbol que parece querer dejar atrás su pasado mezquino y calculador.

Aunque la Premier League inglesa sigue siendo el torneo con mayor número de emociones (2,763 goles por partido hasta el momento en esta edición 2009/2010, 959 tantos en 347 encuentros), la Serie A y la Liga de España arrojan resultados parecidos. Si en lo que va de la temporada en las canchas españolas se marcaron un promedio de 2,64 goles por partido (873 en 330 encuentros), en Italia el promedio trepó a 2,58 (879 goles en 340 partidos).

Curioso: si el fútbol italiano cobija los restos del catenaccio, el fútbol argentino, autocalificado como el más parejo de los torneos más competitivos, rinde menos todavía. Contra los 2,58 goles por partido italiano, el Clausura 2010 lleva una media de 2,33: 348 tantos en 149 partidos. Y si “el cero a cero es el mejor resultado”, como pregonaba Brera, le cabe mucho mejor al apretado, deslucido, parejo en la tabla de posiciones pero tedioso en los estadios, fútbol de entrecasa.

En efecto: en las 15 fechas ya disputadas del Clausura 2010 se registraron 16 0-0 (1,066 por fecha), mientras que en las 34 fechas de la Serie A hubo 29 partidos sin goles (0,852 por fecha). En promedio, hay más 0-0 en el fútbol argentino que en el italiano.

Por eso no sorprende tanto lo del Inter. Sí, quizá, lo del Barcelona. Para Guardiola, su equipo “no anduvo bien con el control del balón. Se perdieron pelotas sencillas ante un gran equipo que sabíamos que buscaría la profundidad. Hay que felicitar el Inter”. Para Mourinho, “es siempre difícil perder para quien no está habituado a hacerlo. Es una característica de los que siempre ganan, yo también soy un poco así –señaló antes de elogiar a su rival–. El Barcelona es una escuela de fútbol y del bello. Y es un ejemplo de escuela de fútbol y sus jugadores son un ejemplo”.