Las pelotas de fútbol dividieron a jugadores y arqueros en los últimos mundiales. El que les gustaba a unos era despreciado por los otros. Hasta que apareció Jabulani, la pelota oficial del Mundial de Sudáfrica, y entonces nació el concepto categórico y unánime: es una “vergüenza”. Así lo calificó el experimentado arquero italiano Gianluigi Buffon, campeón del mundo, pronunciando el último adjetivo lapidario que recibió el flamante esférico.

“Creo que es una vergüenza jugar con una pelota como ésta un torneo tan importante”, se quejó Buffon, siguiendo los pasos de sus rivales en el podio de los tres mejores arqueros del mundo: el brasileño Julio César y el español Iker Casillas.

El arquero del Inter de Milán lo comparó con los balones que se “compran en un supermercado” y su colega español lo definió como “un balón de playa”.

“Ya es triste que una competencia tan importante como un Mundial tenga a pocos días de su inicio como actor protagonista un balón por sus pésimas condiciones –afirmó Casillas–. Hasta los jugadores de campo dicen lo mismo. Nosotros lo notamos en los efectos por el poco peso que tiene y ellos en controles y pases.” El inglés David James predijo que en Sudáfrica se verán “goles como en ninguna otra edición de la Copa del Mundo”, a causa de las características de la pelota.

Jabulani está en el centro de la escena por sus movimientos extraños en el aire y su sensación de tener poco peso, que hace que escape del control al que están acostumbrados arqueros y jugadores. Fue presentado como el “mejor” cuero jamás fabricado, pero no logró el consenso buscado.

El delantero italiano Giampaolo Pazzini no tuvo pelos en la lengua: “La pelota es un desastre para los atacantes también”. El cerebro de España, Xavi Hernández, tampoco le dio el visto bueno. “Se va muchísimo, es muy rápida y pesa menos”, cuestionó.

El serbio Nemanja Vidic, del Manchester United, no tuvo empacho en culpar al esférico de su garrafal error en el gol que permitió a Nueva Zelanda ganar 1-0 a su selección en un amistoso jugado el fin de semana.

Pero así como el aporreado producto de Adidas es criticado por muchos que tienen contratos con la competencia, recibió el apoyo de uno de los jugadores que, casualmente, no jugarán el Mundial, el alemán Michael Ballack. “Es fantástico. La pelota hace exactamente lo que yo quiero”, señaló antes de la lesión que lo apartó de la Copa del Mundo.

Lejos de poder ser visto como sospechoso de cualquier interés comercial, el entrenador español Vicente del Bosque no quiere dar ningún protagonismo a las virtudes y miserias de la pelota: “No hay que buscar coartadas ni poner excusas”.

40 años

Como en todos los torneos desde hace 40 años, el balón oficial de la FIFA fue diseñado y fabricado por los alemanes de Adidas. En México ’70 empezó a jugarse con la pelota Telstar, que también se usó en Alemania ’74. Esa pelota dio paso a la Tango en Argentina ’78 y España ’82. El nombre del balón volvió a recordar al país organizador en México ’86 y se llamó Azteca, de la misma forma que el de Italia ’90 fue conocido como Etrusco. La de Estados Unidos ’94 fue la Questra, mientras que la Tricolor de 1998 recordó a Francia. Las últimas en usarse fueron la Fevernova (Corea/Japón 2002) y la Teamgesit (Alemania 2006).