DEPORTES › OPINIóN
› Por Miguel Rep
Una vez más, me levanté temprano, enfilé hacia la carpa de la plaza San Martín para ver Eslovaquia-Nueva Zelanda, cuyo circo empieza con una especie de arco en Córdoba y Florida, y una ruta demarcada por vistosos redondeles dedicados cada uno a un Mundial distinto, hechos por Clarín, y, up, decepción: estaba cerrada. Se ve que Macri solamente la abre a las 8 de la matina cuando juega la Selección.
Debutan los eslovacos, y suerte y orsay mediante, se ponen primeros en el grupo, dejando atrás a ¡Italia y Paraguay! Exceptuando el arranque, el partido se transformó en un plomazo, otro más, salvo las apariciones del pelado azul Sestak. Escribo esto y ¡gol de Nueva Zelanda! Los cuatro goles de este grupo, de cabeza. ¿Cuántos hay de esta manera en esta Copa? La mayoría. Suben las acciones de los metedores de centros. El fútbol cada vez más se juega con la cabeza.
Después se viene Costa de Marfil-Portugal, apenas un aperitivo para Brasil. Amargos, se mandan un partido espantoso. Jugaron con miedo, al empate, como dos mediocres candidatos a segundo puesto. Jugar a ser segundo, qué fulero. Ojalá ese puesto se lo quede Corea del Norte. ¿Se despertarán Drogbá y Cristianonaldo?
Y Brasil, que siempre sale a defender algún título. Siempre candidato, siempre cuestionado, seguido con lupa por toda la torcida, que no bien le sale un gol, se incendia con la misma lupa. Pero ayer, ¡cómo le costó hacerle un gol! Estaba cantado que una vez que rompieran el tapial rojo, podían entrar más. Los dos goles, poco al lado de los seis peligros que llevaron al arquero norco, llegaron por el mismo lado, el derecho, y en los dos estuvo Elano. Todos lo vieron. Cuando juega Brasil juega todo el mundo: los que quieren que gane y los que lo quieren ver caído. Esa actitud binaria global ellos la simplifican con Maicol o con un Ji Yum Nam que los madruga faltando un minuto. Este lapsus, que a la Argentina le serviría para sufrir un final de tango, denso, nervioso, el scratch desdramatiza simplemente haciendo lo mismo que antes: jugando, tocando. Por fin un partido sin goles de cabeza: con el pie, esa cosa tan sagrada del football.
¿Será éste el Mundial de Robinho, de Maicol?
Yo creo que ganaron sólo 2 a 1 por ese cuellito agregado, amarillo, es decir, el frío reinante en Johannesburgo. O quizás haya ocurrido que Kaká entró preocupado por la ley de medios en Argentina, al enterarse de que la Corte revocó la medida cautelar mendocina, y se desplazó erróneamente por la cancha meditando los alcances de esta medida y los pasos a seguir. Kaká es así, un jugador distinto, un hombre creyente, comprometido. Vaya a saber qué habrá pensado todos esos minutos en el césped, fallando una y otra vez sus otrora precisos pases. Debutó Brasil, ganó, siempre lo mismo.
Pero hoy nuestra gente y nuestra Patria Periodística Deportiva se la pasarán hablando del probable equipo de mañana, de si Verón si o no, Burdisso igual, y todo será psicosis colectiva por el partido de mañana, por el que tendremos que madrugar todos, madrugadores y no. Creo que hoy a las 15.30 empieza el verdadero Mundial. Así son los designios de la Ley de Medioscampistas. Buscando el resultado del medio para arriba.
Malditas vuvuzelas, trabajan para el promedio de la corrección global: no te dejan escuchar los silbidos.
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