Hay muchos candidatos para ocupar el puesto de seleccionador argentino, una vez que la AFA decidió alejar a Diego Maradona del cargo, pero faltaba uno en la consideración general. Sabella, Russo, Batista, todos nombres mencionados expresamente o al pasar, pero los hinchas se preguntaban: ¿qué pasa con Ramón Díaz? Y el verborrágico entrenador riojano finalmente se autopostuló, en una larga entrevista radial, confiado en que puede hacerse cargo de la tarea. Es dueño de la personalidad más parecida a la de Maradona de todos los candidatos que están en liza, con alto perfil, acostumbrado a enfrentarse con los dirigentes y a duplicar la apuesta. Eso quizá le juegue en contra. Pero ha dado pruebas de su capacidad técnica, aunque no figura en los planes de la AFA.

Díaz evitó pronunciar abiertamente su deseo, pero no dejó dudas sobre su voluntad. “Todos los entrenadores que están en la Argentina quieren dirigir a la Selección –dijo–. Sabella, Russo, Simeone, Ramón Díaz, Gallego, todos quieren ser el técnico de la Selección”, insistió antes de asegurar que “la gente sabe que puedo armar un equipo súper competitivo en dos minutos por la cantidad de jugadores argentinos que hay en todo el mundo”.

El entrenador, campeón con River y con San Lorenzo, se preocupó por subrayar que “no depende” de él la nominación. “Hay que ver el estilo de entrenador que quiere Grondona”, afirmó, aunque luego se esmeró por dejar claro que haría todo lo posible por convertirse en el técnico de la Selección: “Hay que preguntarle a (el presidente de San Lorenzo Rafael) Savino si me dejaría ir, pero todo depende de mí”, remarcó.

“Hay que ver el proyecto que se puede armar para un futuro con los jóvenes. Argentina tiene un potencial enorme con los jugadores que tiene, son los mejores del mundo, hay tiempo para trabajar y ordenarse en lo competitivo para lo que viene. La gente ya me conoce”, insistió Díaz, que ha sabido forjarse algunas resistencias en su campaña tanto como jugador como técnico.

“Lo escuché a Bilardo y sé que él quiere acomodar a la Argentina, y eso lo puede hacer un entrenador; claro que se necesita del apoyo del presidente, del manager, para hacer que la Selección sea competitiva.” Díaz y Bilardo no se llevan bien desde que el técnico lo dejó afuera del plantel que jugó el Mundial 1990, para satisfacer la voluntad de Maradona, que estaba enemistado con su ex compañero del juvenil campeón mundial en 1979.

“Maradona está sufriendo lo que es ser entrenador. Son momentos complicados cuando se pierde. Hay gente a la que le gustan las presiones al máximo, como a mí. Esta experiencia le va a venir muy bien porque es difícil armar un grupo de trabajo, un cuerpo técnico, además de parar un equipo en la cancha”, mandó el mensaje.

Tampoco la relación entre Díaz y Daniel Passarella, futuro encargado del Departamento de Selecciones Nacionales en la AFA, es la mejor: tras los avatares de los últimos 15 años, el último cortocircuito se produjo cuando el ahora presidente de River contrató a Angel Cappa como técnico, cuando Díaz soñaba con volver al cargo que más adora ejercer: el de entrenador del plantel de Núñez. Pero el riojano aventó la posibilidad de que ese cortocircuito pudiera generar problemas: “Primero no sé si Passarella puede cumplir las dos funciones. Pero eso no complicaría las cosas. Al entrenador que elijan será de un perfil de cuatro años. El apoyo tiene que ser total para lo que venga”.

¿Será Díaz el que venga? No figura entre las prioridades. Pero falta un campeonato entero hasta que la AFA se decida a nominar al reemplazante de Maradona, y allí se funda la esperanza del riojano. Sabe que en la consideración oficial no está incluido, pero se considera capaz de llevar adelante la tarea que le falta cumplir.