La Tennis Integry Unit, el organismo de control del deporte de la pelotita, con sede en Londres, condenó ayer al irascible y odiado tenista austríaco Daniel Koellerer con 15 mil euros de multa y una suspensión de tres meses por haber facilitado desde su propia página web información relacionada con apuestas deportivas e incluir enlaces hacia páginas especializadas. “Koellerer y su agente fueron condenados por haber facilitado apuestas, ambos reconocieron los hechos”, expresó en un comunicado el organismo creado por la ATP, la WTA y la Federación Internacional de Tenis para garantizar la transparencia y frenar la corrupción en el tenis.

Lo cierto es que la de ayer no es la primera sanción que cae sobre el tenista austríaco, más reconocido en el circuito ATP por sus excentricidades, peleas, insultos y maltratos dentro de los courts que por la calidad de su juego. En 2006 ya había recibido una suspensión de seis meses por haber insultado al español Nicolás Almagro en un partido por la clasificación al ATP de Acapulco. Y unos meses antes, en noviembre de 2005, su nombre ganó notoriedad para los argentinos por su conducta antideportiva frente a la entonces juvenil promesa Juan Martín Del Potro, cuando ambos tenistas se enfrentaron por la etapa de Buenos Aires de la Copa Petrobras, del circuito Challenger.

La gota que colmó la paciencia del público argentino fue la burla de Koellerer, quien tras su victoria no tuvo mejor que idea que burlarse del tenis local simulando inyectarse algo en el brazo, en obvia alusión a los casos de doping que sacudían al tenis nacional, lo que generó el inmediato repudio de la gente, que lo silbó y lo convirtió en persona no grata para el tenis argentino. “Nunca en mi vida vi a un jugador tan desubicado como Koellerer”, manifestó entonces el director del torneo, el ex top ten Martín Jaite.

“Crazy Daniel” llaman a Koellerer (134º del ranking, 55º su mejor puesto en 2009) los tenistas profesionales, quienes le cuestionan su carácter desequilibrado, sus malas artes y su conducta antideportiva, que incluye roturas de raquetas, peleas con rivales y jueces, insultos al público y hasta maltrato con los alcanzapelotas. Justamente, hace unas tres semanas Koellerer fue descalificado en el Challenger de Cordenons, durante el partido que sostenía ante el holandés Robin Haase (99º), por romper su raqueta, insultar al público y, el punto de inflexión, ser sorprendido hablando con su entrenador durante el partido. En junio pasado, Koellerer provocó la suspensión de su compatriota Stefan Koubek (140º), quien tras recibir insultos intentó trompearlo dentro del court.

Tan mal llevado es el austríaco que hasta le cuesta encontrar compañero de entrenamiento, porque con sus actitudes ha generado el desprecio de buena parte de los tenistas profesionales. La sanción impuesta ayer contra Koellerer y su agente quedará en suspenso durante dos años y en caso de reincidencia se hará efectiva.