DEPORTES
› ARGENTINA VOLVIO A JUGAR MAL, PERDIO ANTE VENEZUELA Y SE COMPLICO
Habrá que barajar y dar de nuevo
Con gol de Phillipe Estévez en el primer tiempo, Venezuela se llevó un triunfo histórico ante un equipo argentino sin rumbo ni ideas. Ahora peligra la clasificación para el Mundial de Emiratos Arabes y todo se definirá ante Paraguay el martes 14, última fecha del grupo.
El Sub-20 volvió a jugar mal. La diferencia con los dos partidos anteriores es que esta vez perdió: 1-0 contra Venezuela. Un resultado que le complica seriamente la clasificación que, seguramente, dependerá del resultado del partido del martes 14 ante el puntero Paraguay, que mañana juega con Colombia. Lo único bueno, entonces, es que todavía hay una posibilidad de clasificar para el Mundial de los Emiratos Arabes sin depender de nadie. Pero anoche fue la tristeza: a los 37 del primer tiempo, el hábil delantero Phillipe Estévez recibió el toque hacia atrás desde la derecha, la paró, giró y la puso rasante abajo de Eberto. Lindo y duro gol. Pero, seamos sinceros: se veía venir.
Poco o nada puede reprochársele al vencedor. No hubo brusquedades, trató bien la pelota y se defendió lealmente cuando llegó el consabido aluvión del perdedor. Argentina pudo empatar en alguna excelente maniobra de Cavenaghi, pero los venezolanos tuvieron un par de contras claras también. No se hubiera modificado el juicio sobre la actuación del conjunto de Tocalli si hubiera llegado al empate: el último campeón mundial Sub-20 y uno de los favoritos de este Sudamericano no ha funcionado aún.
Al igual que en los primeros dos encuentros de este certamen, más allá de las victorias ante Colombia y Chile, los dirigidos por Hugo Tocalli volvieron a generar dudas al cabo de los primeros 45 minutos de este sorpresivo traspié. Argentina volvió a defeccionar en la concepción y la definición de cada ataque, porque careció de enlace entre los poco eficientes creativos –flojo debut de Pisculichi–, el hoy intermitente media punta Tévez y el poco asistido Cavenaghi. Ante un adversario poco profundo, Venezuela opuso un sistema simple: aguardó en su campo, cedió la iniciativa y atacó cuando pudo. Por las escasas llegadas argentinas –apenas un remate de Carrusca, tras precisa habilitación de Cavenaghi– Venezuela tomó confianza y un desborde por derecha de Suano lo capitalizó Estévez de media vuelta.
La lógica reacción de Argentina fue ostensible en la etapa complementaria. Pero no hubo claridad: se sumaron delanteros, centros y vértigo, pero no hubo claridad ni juego asociado. Salvo por dos remates deafuera de Mascherano y un tiro cruzado de Cavenaghi, Eberto sufrió más por los contragolpes del equipo ganador que el seguro Cortina.
Ahora sólo cabe esperar al martes ante Paraguay. Todavía se puede.
Subnotas