El golpe fue muy fuerte, pero no fue de nocaut. Con una reacción anímica envidiable, con el goleo de Luis Scola y con una actuación integral de Carlos Delfino, la Selección Argentina se repuso de la dolorosa derrota ante Lituania y apenas 24 horas después logró un resonante triunfo 73-61 sobre Rusia que le permitirá luchar por el quinto puesto ante España, que derrotó con comodidad a Eslovenia. El encuentro ante los campeones salientes será mañana a las 9.

La mayor incógnita sobre el partido ante los rusos no pasaba por las respuestas basquetbolísticas, sino por las anímicas. Si bien los dos llegaban de perder, los europeos venían de una caída más lógica y esperable ante Estados Unidos. En cambio, el equipo de Hernández ni se imaginaba la paliza sufrida ante los lituanos.

Y los primeros minutos fueron un termómetro claro. Argentina salió con una actitud muy pasiva, como desconectado del juego. En ese arranque, permitió cuatro lanzamientos triples casi sin oposición, pero a diferencia de los lituanos, ayer los rusos los fallaron. Entonces, con la apuesta al juego interior con Scola como abanderado, Argentina tomó una pequeña ventaja.

A partir de esa diferencia, el efecto contagio fue apareciendo. Un par de robos de Delfino, el aporte de Scola y las ganas del resto hicieron que Argentina se despegara en el marcador cuando promediaba el segundo cuarto (22-11). Fue en ese momento cuando empezaron a entrar los triples rusos, sobre todo de Monya, pero el ánimo argentino ya era distinto. Con la personalidad habitual, el equipo pudo abortar cada levantada rusa y equiparar la mayor envergadura física de los rivales. Además, terminó cerrando bien los cuartos (Scola anotó un doble sobre la chicharra en el final del segundo y Leo Gutiérrez terminó con un triple en el tercero).

Para el cuarto decisivo, cuando Rusia se había arrimado de manera peligrosa e, incluso, llegó a pasar al frente de manera fugaz, el conjunto de Hernández encontró variantes para defender su canasto. Alternando marcaciones zonales con personales confundió al quinteto ruso y recuperó muchos balones en la primera línea, que le posibilitaron conseguir algunos puntos en contraataque. Del resto se encargó Delfino, que se cargó las ofensivas del equipo y, pese a fallar con los lanzamientos libres, con dos triples casi consecutivos terminó de quebrar al conjunto ruso.

Pasada esa enorme prueba de carácter, ahora el equipo argentino irá en busca del quinto puesto, nada menos que ante el campeón saliente. Para muchos, todavía está en la memoria aquel triple de Andrés Nocioni sobre el cierre que no ingresó y que permitió el triunfo español por un punto en la semifinal del Mundial pasado. Está claro que es otra instancia, pero será una pequeña revancha.

73- ARGENTINA

Prigioni 5, Delfino 26, Jasen 2, Scola 27, Oberto 10 (fi), L. Gutiérrez 3, Quinteros 0, Cequeira 0, R. González 0. DT: Sergio Hernández.

61- RUSIA

Bykov 5, Fridson 2, Monya 17, Vorontsevich 10, Mozgov 10 (fi), Ponkrashov 3, Voronov 3, Zhukanenko 0, Khvostov 9. DT: David Blatt.

Estadio: Sinan Erdem Arena (Estambul).

Parciales: 15-11, 21-22, 18-19 y 19-9.

Arbitros: Anthony Jordan (EE.UU.), Srdan Dozai (Croacia) y Eddie Viator (Francia).