Los silbidos para despedir al plantel sintetizaron lo que significó para la gente de River no haber podido vencer a Gimnasia, último en la tabla y rival directo en la lucha por los puestos de descenso. El empate sin goles alejó al equipo de Núñez del líder Estudiantes, pero principalmente le sumó más preocupaciones a su actualidad futbolística, en donde la irregularidad volvió a asomar por el campo de juego del estadio Monumental.

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“Todavía no di con el equipo”, dijo el técnico Angel Cappa el viernes pasado. La claridad del entrenador quedó expuesta ayer ante los platenses. River fue un equipo durante el primer tiempo y otro diferente en la segunda parte. El que quedó en el recuerdo de los hinchas se mostró con una actitud más agresiva, con mayor carácter, y con un mejor manejo en el tratamiento de la pelota. En esa mitad superó ampliamente a Gimnasia en el juego y tuvo varias oportunidades para ponerse en ventaja. Sin embargo, la definición de esas jugadas no fue acertada, y encima Sessa tuvo una tarde inolvidable. Funes Mori le dio de media vuelta y la pelota pegó en la base del palo; Lamela envió un centro, la pelota se cerró y dio en el travesaño; Lamela, otra vez, ejecutó un tiro libre y rebotó en el ángulo; Sessa reaccionó ante un zurdazo de Pavone y luego ante un cabezazo de Román. River fallaba en el último toque.

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La buena imagen que ofreció en el principio se desdibujó después, a pesar de que también pudo haber convertido en ese período. Como River no podía desnivelar en el resultado, Cappa incluyó a Buonanotte y a Affranchino por Lamela (participó activamente del circuito ofensivo, pero se excedió en la tenencia de la pelota) y Díaz (no aportó mucho por la derecha). Pero, curiosamente, River no pudo controlar la pelota como en el período inicial, y eso le permitió a Gimnasia salir un poco más hacia el campo rival. Y los ingresos de Castro y Graf le dieron más peso en ataque. De todas maneras, el que más cerca estaba era River: Buonanotte remató cruzado y la pelota salió al lado del palo; Román cabeceó por arriba; Pavone le dio de zurda y se fue rozando el palo; Pavone definió otra vez, pero se fue alta; Sessa se estiró para sacar un cabezazo de Affranchino.

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El gran inconveniente que tenía River seguía siendo la falta de definición. Pero a ello le sumó una decisión de Cappa, que terminó favoreciendo a Gimnasia. El entrenador hizo entrar a Caruso (delantero) por Arano (defensor), y el agujero que quedó en el lateral izquierdo fue aprovechado por los visitantes, que a través del contraataque casi se quedan con la victoria. En ese marco, los visitantes parecieron mejor físicamente. Pero Córdoba no concretó las tres oportunidades que tuvo y Gimnasia se sigue lamentando.

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Las realidades de ambos equipos aclaran el motivo de por qué se encuentran en Promoción. River hace cuatro partidos que no gana, con una derrota y tres empates; y Gimnasia cortó una racha de ocho derrotas consecutivas jugando como visitante...

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