Lo que socios e hinchas del Barcelona pedían a gritos desde hace rato se concretó ayer: la junta directiva, encabezada por su presidente Joan Gaspart, decidió destituir al entrenador Louis Van Gaal a través de una “rescisión amistosa” de su contrato. Van Gaal, muy cuestionado por la campaña del equipo catalán, que está duodécimo en la liga a 20 puntos de la Real Sociedad, agravó su situación aún más después de la última derrota ante Celta (0-2), con lo que quedó sólo tres puntos por encima de los equipos que están en la zona del descenso. Pero la salida prematura del entrenador que en el plano internacional ha estado logrando notables resultados –Barcelona ganó hasta ahora sus diez partidos por la Liga de Campeones de Europa– tendrá un costo económico de, por lo menos, cuatro millones de euros. Es la cifra estimada por el tesorero del club, Ramón Salabert, quien afirmó que “como profesional que es, Van Gaal reaccionó, tiene un contrato vigente con condiciones estipuladas y no ofrece facilidades”. Es que al holandés le quedan dos años más de contrato y aspira a cobrar el total: seis millones de euros... Salabert disminuyó esa cifra al señalar que “los resultados no correspondieron con los objetivos fijados” y que “implícitamente se le está diciendo que se produjo un fracaso en su gestión”, agregó el contador. El director general de Barcelona, Javier Pérez Farguell, espera ahora llegar “en poco tiempo” al “acuerdo amistoso” para terminar anticipadamente el vínculo de Van Gaal. Pero no será fácil: hoy dirigirá la práctica como siempre y no se sabe quién saldrá a la cancha en el Vicente Calderón el domingo, para el partido ante el Atlético de Madrid. ¿Qué opinará Román?